Billy Wilder y Marlene Dietrich: Dos grandes en un filme inolvidable
Un director favorito de la era clásica de Hollywood lo fue el carismático Billy Wilder. Este afamado director nacido en Austria y emigrado a Norteamérica, desarrolló una notable carrera en la gran pantalla, donde pudo reinar entre los mejores.
Como guionista primero y como director después, es dueño de un legado de obras maestras. Pudo incursionar en varios géneros cinematográficos como el drama, el thriller y la comedia. Mencionar obras maestras tales como: “Perdición”, “El gran carnaval”, “Con faldas y a lo loco”, “El apartamento” y muchas más, hacen de él una figura imborrable.
Una de sus cintas clásicas lo es “Testigo de cargo”, estrenada en el 1957, la cual está protagonizada por un elenco de actores probos, como si se tratara una obra de teatro. Esta película posee una intriga y un suspenso al más alto nivel que mantendrá concentrado al espectador de principio a fin.
La historia transcurre a principios de los cincuenta del siglo pasado cuando un joven llega al bufete de un prestigioso abogado de nombre Sir Wilfred Roberts buscando sus servicios profesionales, pues fue acusado del asesinato de su compañera sentimental, de mayor edad, para heredar sus bienes.
Aunque el prestigioso abogado en un principio no está interesado en el caso, la actual esposa del acusado (Marlene Dietrich) motiva que este asuma la defensa del imputado.
El guion, las actuaciones, la fotografía y la puesta en escena en sentido general, resultan impecables; la intriga y los giros inesperados del guion rozan la excelencia.
El filme se recomienda al público en general, pero en especial a los estudiantes de leyes que gustan de filmes donde el juicio es el primer protagonista. La cinta está disponible en algunos canales streaming. A sus 63 años de estreno, todavía mantiene similar eficacia al ayer.
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Está basada en la obra teatral del mismo título escrita por Agatha Christie.
Billy Wilder aceptó el guión de esta película por cien mil dólares de honorarios y un cinco por ciento de los ingresos, pero tenía una idea clara: “Quiero hacer una película como si fuera de Alfred Hitchcock”.
Tyrone Power, falleció repentinamente sólo un año después de rodar esta película de un infarto agudo al corazón.
La película tuvo seis candidaturas a los Oscar: a la mejor película, al mejor director, al mejor actor principal (Charles Laughton), a la mejor actriz de reparto (Elsa Lanchester), al mejor sonido y al mejor montaje.
Las escenas judiciales, salpicadas de giros sorprendentes, mantienen siempre el nivel de tensión, sin olvidar el irónico sentido del humor que siempre se detecta en las obras de Wilder.
“Testigo de cargo” está considerada como una de las películas mejores filmadas que todo cinéfilo deberá de verla antes de morir.