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Mia Khalifa reúne firmas para lograr borrar sus contenidos pornográficos

KHALIFA CONFESÓ QUE LUCHÓ TODA SU INFANCIA CON EL SOBREPESO Y NUNCA SE SINTIÓ ATRACTIVA O DIGNA DE LA ATENCIÓN MASCULINA.

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Laura CastilloSanto Domingo, RD

Mia Khalifa, la ex actriz de cine para adulto decidió reunir un millón de firmas en la plataforma Change.org para detener la reproducción y reenvío de los videos pornográficos que grabó a finales del año 2014 cuando tenía 21 años.

“Los hombres que me gritan son los mismos hombres haciendo clic en mí. Pero que se jodan, porque esta noche más de 1 millón de personas han firmado la petición para reclamar mi nombre de dominio Bang Bros y detener la constante republicación de los videos que me atormentaron durante seis meses”, escribió Khalifa en su cuenta de Instagram el pasado lunes.

La joven se hizo viral luego de aparecer en un video pornográfico con un hiyab islámico (pañuelo que utilizan las mujeres musulmanas para cubrirse la cabeza) en conjunto con otras dos chicas desarrollando escenas eróticos.

Origen

Khalifa nació en Líbano y creció en una familia cristiana, la cual la despreció luego de enterarse de su participación en contenidos sexuales, expresó durante una entrevista con Stephen Sackur en el programa Hard Talk de la BBC en el año 2019.

Desde pequeña vivió en Estados Unidos y estudió Historia en la universidad de Texas, donde se graduó.

¿Cómo entró al mundo del porno?

Mia cuenta en el programa “Hard Talk” que no entró drásticamente a las actuaciones pornográficas sino que al inicio solo le decían halagaos y fue en su segundo video que actuó directamente con pornografía.

"Eres hermosa, ¿te gustaría modelar un poco? Sabes, tienes un gran cuerpo y creo que serías genial para modelar", dijo.

Además, continúa explicando que después que llegó al estudio, era un lugar muy respetable, un lugar magnífico en Miami, en Doral, Florida.

“Estaba limpio. Todos los que trabajaban allí eran amables. Todos sus cubículos estaban decorados con fotos familiares; como si no fuera nada dudoso o algo que me hiciera sentir incómoda”, detalló.

¿Qué la motivó para hacer videos de contenido eróticos?

“Solo quería hacerlo como mi pequeño y sucio secreto, pero me explotó en la cara”, puntualizó la exactriz.

Khalifa confesó en el audivisual que luchó toda su infancia con el sobrepeso y nunca se sintió atractiva o digna de la atención masculina.

“En mi primer año de universidad, empecé a perder mucho peso al hacer pequeños cambios. Y para cuando me gradué, estaba lista para marcar la diferencia. Me sentí muy cohibida por mis senos, porque eso fue lo primero que perdí cuando bajé casi 50 libras”, expresó.

Tiempo después se sometió a una cirugía estética de senos para sentirse cómoda.

¿Fue víctima de abuso sexual?

La joven admite ser responsables de sus actos y dijo durante en la entrevista de BBC que tomó sus propias decisiones a pesar de que fueron “decisiones terribles”.

Dinero generado

Khalifa ganó 12,000 dólares por solo seis videos, más los millones de dólares que generó en Bang Bros, la empresa para la que trabajó y PornHub un página web.

Amenazas

Sus decisiones casi le cuestan la vida. Mía reveló que recibió amenazas de muerte por parte de presuntos miembros del Estado Islámico por lo que había ocurrido.

¿Cuándo decidió abandonar los videos porno?

Al momento de su renuncia (luego de recibir las amenazas) dijo que no sabía cómo reaccionar, ante su equipo de trabajo ni mucho menos al auge que ya habían generado sus videos.

“Los convoqué a todos en una reunión un mes después y tenía una carta de renuncia para cada uno y les hablé sobre mis sentimientos; intentaron convencerme de que me quedara y me dijeron que todo esto pasaría y que estaba a salvo, que estaba exagerando”, explicó.

Vida actual

Mia Khalifa tiene 27 años de edad y se convirtió en comentarista deportiva después que decidió abandonar la industria del cine pornográfico en 2016.

Se comprometió con Robert Sandberg, un reconocido chef, luego de que este le pidiera matrimonio el año pasado durante una cena romántica en el restaurante Smyth, en Chicago.