Los papeles que convirtieron a Meryl Streep en la mejor actriz de la historia

“Sublime”, “estelar” o “ya tiene su Emmy”. Estas han sido algunas de las críticas entusiastas que ha recibido, con solo un capítulo emitido, el trabajo de Meryl Streep en la segunda temporada de Big Little Lies, ya disponible en HBO. Un rol que se suma a una lista de personajes icónicos que la han convertido en la actriz más respetada de la historia del cine reciente. Estos son nuestros favoritos: En una de las películas más desgarradoras jamás escritas desde que los Lumière decidieran apagar la luz, Streep dio vida a una emigrante polaca, superviviente de Auschwitz, en el Brooklyn de finales de los años cuarenta. Pocos adjetivos pueden hacer honor a un trabajo que la revista Premiere consideró como el tercero mejor de la historia del séptimo arte, solo por detrás de Marlon Brando en La ley del silencio y Peter O’Toole en Lawrence de Arabia. Pocas veces una historia tan sencilla y contenida ha albergado una pasión tan irrefrenable como la del romance inolvidable protagonizado junto a Clint Eastwood. Lo mejor que se puede decir de ella es que todavía hoy muchos siguen desviviéndose porque Francesca baje de la camioneta y huya con aquel fotógrafo del National Geographic. Lo que parecía otro producto de la factoría en serie de Hollywood, sin alma propia y con vocación de sobremesa, se convirtió en uno de los filmes más populares de la primera década del siglo gracias al talento de su protagonista. Para interpretar a la autoritaria Miranda Prestley se inspiró en la editora de Vogue USA Anna Wintour, cuya leyenda también se vio multiplicada de forma exponencial gracias al éxito de la película. La leyenda de Meryl Streep escribió su primera página en este controvertido filme de Michael Cimino, uno de los primeros en abordar el trauma que experimentaban los soldados participantes en la guerra de Vietnam. Fue el mismísimo protagonista de la cinta, Robert De Niro, quien apostó por aquella veinteañera semidesconocida para interpretar a su interés amoroso. Lo mejor del biopic de Margaret Thatcher, que consiguió más críticos que fanáticos, era sin duda la actuación de una Meryl Streep que logró gracias a él su última estatuilla –hasta la fecha– a la mejor actriz del año. Su trabajo también tuvo detractores, que argumentaban que el carisma de Streep conseguía humanizar en demasía a la controvertida líder política. La inolvidable banda sonora de John Barry, su bellísima dirección de fotografía o frases como “Yo tuve una granja en África, al pie de las colinas de Ngong” forman parte para siempre de la memoria colectiva cinematográfica. También la química exhibida por la pareja formada por Streep y Robert Redford, por entonces quizá los dos actores más aclamados del momento en Hollywood. A la actriz de Nueva Jersey no le ha hecho falta protagonizar una película de miedo para dar vida a uno de los personajes que más desasosiego han inspirado en el cine reciente. Otro de sus grandes roles es el de la estricta hermana Aloysius en esta adaptación de una obra teatral que brilla gracias al tremendo duelo actoral de gigantes como ella misma, Viola Davis, Amy Adams y el añorado Philip Seymour Hoffman. El primer Oscar del currículo de la actriz, que compila hoy hasta 21 nominaciones, llegó con uno de los mejores dramas de la historia del séptimo arte. Además de un taquillazo incontestable protagonizado junto a Dustin Hoffman, el tratamiento en el filme de temas como la custodia y el divorcio impactó como pocos en la sociedad de principios de los años ochenta. Hasta el gremio de los juristas se vio obligado a explicar qué es real y qué no en lo representado en su metraje. La de Big Little Lies no es la primera incursión de Streep en la televisión. Uno de los grandes personajes de su carrera es el de esta miniserie, la más galardonada de la historia de los Emmy, que adaptaba una exitosa obra de teatro sobre seis personas interconectadas que deben enfrentarse a la aceptación de su verdadera sexualidad. Tampoco deberíamos ignorar el de Holocausto en 1978, que supuso su salto a la fama. Porque no todo van a ser papeles solemnes y dramas de época, con Mamma Mia! Streep decidió hacer caso omiso a las críticas de la prensa especializada que acostumbra a deleitar y se dio el capricho de hacer de este musical uno de los llamados crowd-pleaser, un éxito de taquilla que logró que el público se sintiera un poco más feliz al salir de la sala. La reina del plató también es la reina del baile. Las horas La película de Stephen Daldry repasaba la figura de Virginia Woolf y la influencia de su obra a través de las historias de tres mujeres en épocas distintas. Streep interpretaba a una editora bisexual en el Nueva York de 2001 enamorada de un poeta enfermo de sida. Las horas fue nominada a nueve premios Oscar y Nicole Kidman consiguió el de la mejor actriz por su interpretación de la autora de Mrs. Dalloway. Otro de sus grandes clásicos, por el que ganó un Bafta y un Globo de Oro, es, sin embargo, el trabajo al que menos cariño le guarda la actriz. En una entrevista en el programa de Graham Norton, Streep afirmó que debido a su juventud “no sintió que lo estuviera viviendo”. “Siempre quieres hacerlo mejor una vez que se ha terminado”, sostuvo en el show de la televisión británica. Considerada por muchos como una de las interpretaciones más infravaloradas en sus 40 años de carrera, Streep se atrevió con la metaficción en esta cinta de culto de Spike Jonze. En ella da vida a la autora de la novela que debe adaptar para el cine el propio guionista del filme, Charlie Kaufman, interpretado en la pantalla por Nicolas Cage. La actriz dio vida en su último gran papel a la editora de The Washington Post Katherine Graham, artífice de la publicación de documentos que descubrían décadas de mentiras gubernamentales.

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La decisión de Sophie

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Meryl Streep