Oscar Torres
El cine dominicano: ante un proceso eleccionario
El cine desde su creación siempre ha tenido la capacidad de conectar al espectador con hechos históricos y, al mismo, cumplir un rol cultural y didáctico para aquellos que se sientan en las butacas, frente a la gran pantalla, ansiosos por el inicio de una historia.
Tomando como referencia este rol y con un trasfondo histórico, fue a través del cine que el director dominicano Oscar Torres, proyectó una serie de cápsulas, que se pueden considerar como sus primeros ensayos culturales, con la intención didáctica de educar a la población dominicana sobre los procesos electorales.
Manuel Miranda de Soto, primo hermano de este destacado cineasta dominicano y quien también participó en la grabación de estas cápsulas, habla con Listín Diario y recuerda cómo fueron estas. Corría el año 1962, el país cumplía 12 meses luego del ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo y en medio de la incertidumbre provocada por la inestabilidad política, se convocaron las primeras elecciones libres. No obstante, esas mismas sensaciones pesaban sobre la población. El país desconocía en qué consistía ese proceso.
“No había nada en esa época, había una ignorancia casi total de la población sobre el deber de votar y la forma de hacerlo. Entonces, la Junta Central Electoral ofreció a Oscar Torres grabar una serie de cápsulas para enseñar a la población”, recuerda Manuel Miranda.
El ofrecimiento, aunque en principios no fue un proyecto cinematográfico en sí, sino más bien publicitario, fue bien recibido por el cineasta. Se procedió a grabar dos tipos de producciones.
Dos cápsulas La primera de ella, se planificó y desarrolló como una promoción para invitar a las personas a votar: “En una de las imágenes había algo de dramatización, porque era una promoción invitando a las personas ejercer un derecho ciudadano, es decir, una motivación. Se hizo una síntesis de la historia reciente del país bajo una dictadura y porque se debía votar, cuál era la finalidad del voto”, comenta Miranda.
Este primer tipo de cápsula duraba poco más de un minuto y algunas tomas se hicieron en distintas locaciones, como en Baní y Villa Mella, dado que a diferencia de las otras cápsulas, esta, por ser la primera, tenía un guión más abierto a la dramatización, debido a su intención de motivadora.
Mientras que el segundo tipo de cápsula tenían fines didácticos y educativos: “ La finalidad de este tipo de producción proyectaba educar sobre el proceso de votación y cómo se iba a votar. Esa fue la primera producción que se hizo en ese aspecto”, explica Manuel.
Esta segunda cápsula, con un minuto de duración, fue comparada por Miranda con los anuncios publicitarios presentados en la actualidad “hoy en día yo creo que se está haciendo algo parecido en cómo enseñar a votar a la gente. Oscar lo hizo en 1962”.
Difusión “Esas cápsulas se trasmitieron por televisión y cine, porque formaban parte de una campaña masiva. A pesar de que entonces solo había un canal oficial, el canal 4, y otro privado, el 7. Por ambas televisoras se pasaba esa promoción, y también en los cines” detalla Manuel.
A través de la gran pantalla, estas cápsulas se proyectaron como anuncios publicitarios, previo al inicio de las películas, tanto en cines de “estrenos” como en los “populares”, términos coloquiales utilizados entonces para calificar el tipo estructura cinematográfica.
Miranda, mientras intenta recordar los nombres de aquellos cines de la capital, comenta que para ese entonces el país debieron existir unos 20 cines, de ambas calificaciones, en Santo Domingo. “Aquí en la capital quizás había uno 15-20 cines. Siete u ocho eran los cines que estaban en la Ciudad Colonial, y el resto estaban en la periferia. En todos se pasó la publicidad.
Detalles técnicos Este proyecto audiovisual y publicitario patrocinado por la Junta Central Electoral, fue realizado en blanco y negro, con equipos prestados.
“Era una producción en blanco y negro; no alcanzaba el financiamiento para hacerlos a color en esa época. Incluso, los equipos de filmación fueron prestados, por la embajada de los Estados Unidos”, recuerda Manuel.