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Olimpíadas Rock... el legado de que aquí se puede

Eso de que “Todo tiempo pasado fue mejor” implica una serie de teorías de espacio-tiempo, que el mismo Carl Sagan o Stephen Hawking dudarían en responder sin antes preguntar de vuelta: “¿Mejor con respecto a qué?” Y ahí entra entonces el contexto de la épocas.

De lo que sí estamos seguros es que esa generación derockeros de la década 80-90 en nuestro país, es la que puede contarnos cuáles fueron sus sueños y en la medida de las posibilidades, ante un medio que muchas veces les negó la fácilidad de querer exponer lo que llevaban dentro, muchos sí creyeron en ellos. Y esos muchos quedaron inscritos en la historia bajo el nombre de Olimpíadas Rock. La evidencia queda plasmada en un concierto que buscó no solo revivir aquella época, sino también replantear la idea de qué ha pasado desde 1994, año en que se celebraron por última vez.

El balance quedó evidenciado en el Hard Rock Live Santo Domingo bajo la producción de un grupo de dolientes del movimiento de aquel entonces -y el presente actual-, conEdwin Sánchez y Allan Leschhorn a la cabeza, junto a un equipo de trabajo que por amor a la música y dejar constancia de aquellos años combinaron esfuerzos, horas de ensayos y constancia para presentar este show.

Pautado para las 7:00 PM, dió inicio a las 8:42 PM con una banda de planta -conformada por Allan Leschhorn guitarra,Joel Berrido bajo, Edward “Caché” Estévez batería,Leoardo Valenzuela teclados, Shara Viñas y Edwin Sánchez en coros-, la cual fue creciendo y/o rotando, a medida que se iniciaba el conteo progresivo de las bandas ganadoras de las Olimpíadas desde 1984 hasta 1994.

Henry Brito (Cygnus, 1984) abrió la noche provocando sorpresa y algarabía ante los asistentes, dándole paso a Lyle O. Reitzel (Bazoucco, 1984) haciendo un medley de sus dos proyectos anteriores (Bazoucco y Cahobazul), como parte de los ganadores de esa primera edición, en el que sus respectivas bandas quedaron empatadas. Le seguiría el turno al grupo Crudos ganadores en 1985, con el tema “Oh! Lily!”interpretado por Edwin Sánchez. Ya la noche estaba encaminada, y logró uno de sus tantos picos con Junior Rodríguez (Empiphis, 1986) al salir a escena junto a parte los miembros originales de la banda. Máximo Martínez (New Page, 1987) convalenciente en muletas pero dispuesto, interpretó “Blanco y negro”, y nos recordó que no solo el merengue tiene su época dorada, también el rock local. Para hacernos sentir viejos llegó el turno de la banda ganadora hace 30 años, con Gary Zemialkowski (Los Desafortunados, 1988) junto a Tomás Alvarez y otros integrantes del proyecto.

Por supuesto que durante estos últimos 34 años desde el nacimiento de las Olimpíadas, muchos amigos y conocidos han dejado este plano físico, y parte de la producción tuvo la magnífica y justa inicitativa de recordarlos, como en el In Memorian dedicado a figuras como Barón Valette, Mike Romero, Johnny Risk, Pedro Tió-Goico, Pachy Carrasco, entre otros.

Retomado el espíritu de celebración, a tarima subió una sesión de metales encabezada por Javielo Vargas para recrear fielmente ese sonido con el que crecimos escuchando en su primera producción a Toque Profundo, banda ganadora en 1989 y que fue representada con el tema “El jevito”interpretada por Edwin. Siguiendo este conteo de ganadores llegó el turno de Germán Venegas (Carey, 1990) -con Alexis de Peña como miembro original en la guitarra, y Shara Viñas en la voz femenina como invitada-, para revivir ese éxito indiscutible y de verdadera fusión-rock como lo es “La tambora”.

1991 fue el año donde la banda IO (Input/Output) resultó ganadora, pero no tuvo representación durante el concierto, de modo que pasamos a la etapa del hair metal local con José Luis González (Uranio, 1992), dando paso a una serie de bandas y artistas invitados de aquellos años interpretando un tema, como Tony Adrover (Coral Negro – Silencio de miles `90); David Muñoz (Quo Vadis – Esclavos de la intemperie `91) junto a Marino Peña y un cuarteto de cuerdas; Penché (Arcángel – Con la guardia abajo `89) con José A. Bordas al teclado, siendo otro pico de la noche por la emotividad en dicha interpretación; Luichy Guzmán (Razón Vital – Ahora que no estás aquí), más emotividad por los recuerdos generados; finalmente, la ejecución del tema “Dos” de Regata, con Bordas agradeciendo que este tema se convirtiera en la primera canción de rock local en llegar al #1 de una estación en el país.

Cierto es que una actividad de este tipo, que tocó a más de una generación, no genera el interés nacional por el simple hecho de realizarse, y la historia dice que hubo muchos involucrados que contibuyeron a la causa como la prensa escrita y radial. Fue el momento de reconocer a esas personas que aportaron, como el caso de Marta Miniño (periodista y difusora de la revista Escala, y por quien la categoría Rock entró a losPremio Casandra), J. M. Hidalgo y Alex Solo (desde La Nota Diferente), Miguel Cunillera y la Familia Pons(responsables en gran parte de la difusión radial del show porLa X-102fm), Iván Ruíz (apoyo en la tv en “Siempre Joven”),Mite Nishio (columnista que dió cobertura a la competencia a través de la prensa escrita), y una extensa lista de personas que dieron su apoyo incondicional al proyecto.

Ya en el tramo final de la noche, varias sorpresas llegaron a tarima como la banda Riu 2 (con sus miembros Lechuga voz,Mike Rodríguez bajo, Alexis de Peña guitarra, Marino Peña guitarra y Edward “Caché” Estévez batería), interpretando “Lincoln Street” y “La gúnguna”. Darían paso a Status, ganadores de la competencia en 1993 con Javielo Vargas como miembro original junto a David Vásquez y Shara Viñas con el tema “Algo en común”. Cerrando con Luichy Guzmán (Té Para Tres, 1994), últimos ganadores y con el tema “Solos en el valle”. Claro, el cierre estuvo a cargo de todos los artistas y el público, acompañando aEmpiphis a cantar el ya clásico “¿Donde Estarán”? (o como le conocen “La gente del futuro”).

El esfuerzo rindió sus frutos para una noche de emotividad, recuerdos y pasar balance a uno de los movimientos más representativo y recordado en materia de rock en el país. Todo esto fue y es parte del sueño de alguien que cerró la noche evocando a Casandra Damirón, cuando nos hablaba de“Aquí Nosotros” (porque debemos mirar desde dentro y ser los primeros antes que los de fuera), y quien reconoce que todos aquellos que formaron parte de esa generación, son sus hijos(aparte de dos hijos biológicos presentes entre el público, aquella noche). Y a eso nos referíamos con el título de esta crónica: Con sus altas y bajas, el tiempo no ha podido llevarse ese ideal de que aquí se puede. Gracias, Kin Sánchez.

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