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“Primer hombre”, la película no decepciona y las expectativas son cumplidas a cabalidad
Después de que sus dos películas anteriores (“Wiplash” y “La La Land”) se distinguieron en las mentes, los ojos y los oídos del publico cinéfilo, Damien Chazelle cambia de rumbo y de país con su cuarto largometraje (el primero, en 1999, se tituló “Guy and Madeline on a Bench Park”).
El joven director de treinta años se muda de Canadá para enfocarse en Neil Armstrong, quien dio sus primeros pasos en la Luna el 21 de julio de 1969.
La película explora la fascinante historia de la misión de la NASA, Inspirada en el libro de James R. Hansen, así como los sacrificios y consecuencias de Armstrong y una nación apostando a una de las misiones más peligrosas de la historia.
“Primer hombre” cuenta la historia de los años previos al Apolo 11 y las etapas por las que pasó la NASA antes de llegar a este éxito, preocupada porque la Unión Soviética estaba tanteando con conquistar la Luna primero. Obviamente sabemos el resultado de la película desde antes de sentarnos a verla, por lo tanto, era necesario que Chazelle estuviera interesado en algo más que el simple resultado de la misión lunar. Esta historia es la del propio Neil Armstrong. Él es un hombre que queda destrozado mentalmente después de una tragedia familiar. Un evento que marcará su vida para siempre, lo dejará con un sentimiento de pérdida constante en su vida, y aunque su trabajo en la NASA sea una salida, nos dejan saber que no será suficiente.
El Neil Armstrong de “Primer Hombre” es ante todo un hombre, con todas sus debilidades y fragilidad, nunca consciente de su heroísmo y arrojado por el destino y los trágicos sucesos que le ocurren, creándose desafíos cada vez más difíciles, que enfrenta con el deseo con una pizca de inconsciencia necesaria para dejar atrás las adversidades que nos presenta la vida, para llegar a donde nadie había llegado antes.
Chazelle profundiza en la psicología de su héroe al confrontarlo con ciertas situaciones. El director no lo hace el único personaje digno de interés tampoco. El de su esposa es igual de importante porque sobre todo, este filme es una película sobre la familia, sobre el duelo, la aceptación y la obsesión. Es imposible hablar de la película sin mencionar a sus actores y su fantástico trabajo, con Ryan Gosling y Claire Foy en mente. Gosling muestra gradualmente la extensión de su paleta.
El punto débil de “Primer Hombre” es que nunca tienen la introspección y la fuerza necesaria para asumir la profundidad de la historia. Esto crea una brusca ruptura entre las valiosas diferencias entre Neil y su esposa Janet, cargadas de rencor reprimido y, al mismo tiempo, con una inexplicable necesidad de amor. Los diálogos entre el astronauta y sus colegas, sin duda son de menor tono e intensidad.
Sacando conclusiones, la película no decepciona y las expectativas son cumplidas a cabalidad. Damien Chazelle prueba una vez más que es uno de los jóvenes cineastas más talentosos del negocio, adaptando su estilo único a una historia sorprendentemente íntima y humana, sin exceder la retórica y, sobre todo, nos recuerda que los verdaderos héroes viven y luchan en medio de nosotros todos los días, manifestando sus hazañas en privado y de quienes los acompañan silenciosa y fielmente.