Un punto de vista

Edanco: 14 años para celebrar la danza

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Carlos Rojas (Colaboración especial)Santo Domingo

El XV Festival de Danza Internacional Contemporánea (EDANCO), desde su primera edición a mediados del año 2004, arrancó con un ritmo constante cada siguiente año, ya es una constante y se ha convertido en una referencia mundial por parte de su fundador y director general Edmundo Poy.

Pocos festivales en el Caribe como el EDANCO han asumido su responsabilidad más como un reto que como una vocación. Ambas instancias parecen estar indisolublemente unidas, de modo que su trabajo trae por lo general el sello de lo imperativo o de lo ineludible, de la necesidad de una constante hecha a la cual deben someterse sin retroceder ante las dificultades. Así es el EDANCO y así lo ha decidido Poy.

Edmundo logró crear, a través de la constancia y certeza de su oficio, un universo grandioso en la proyección de su encuentro, bien acabado, firme y convincente que ahora, por derecho propio, constituye lo más meritorio del quehacer dancístico dominicano y que por ello mismo alcanza un nivel universal.

Es justo y necesario que las generaciones futuras revisen la historia de la danza en la ciudad de Santo Domingo y, a manera de consulta tendrán como referencia a Edmundo Poy, y a su EDANCO como reseña vigente, aunque todavía falta por contar, le queda mucho que decir a este gestor y, a su festival, un creador muy sui generis que hay que aceptar y leer en su propio terreno, [un creador-autor-director-gestor-productor del EDANCO], dueño de un universo particular, avezado en el manejo de los recursos de su oficio, concentrado en el quehacer del hacer de esa alternativa de la vida, su vida, y salir de esa zona de conformidad como pocos lo han hecho.

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DECÁLOGO

Desde mi punto de vista, he querido tomar lo que considero los aspectos fundamentales y específicos del corpus organizativo de lo que va de EDANCO, y he resumido esto en más o menos un decálogo de descripciones:

Lo primero que noto en el trabajo del XV Festival de Danza Internacional Contemporánea (EDANCO), como un hecho social, es que tal vez sea, uno de los pocos (para no decir el único) de los festivales dominicanos, que se ha dedicado a llevar la continuidad de la vasta extensión del Caribe, de una isla cuyo epicentro, es República Dominicana. Y se va extendiendo por onda geográfica y memorística hacia otras partes del mundo, generalmente próximas al trópico.

Lo segundo es, que noto en el EDANCO, es la coexistencia de los elementos que casi siempre aparecen como opuestos y que aquí conviven de un modo dinámico, que es el de ponerle ganas y que además es el tono memorioso, con el tono épico y de extracción dancístico de tipo histórico.

Una tercera característica sería que, así como en otros festivales, es su selección de la danza o curaduría por decirlo de otra manera, en ambos casos reúne todo el mundo familiar en esa genealogía que va apareciendo de golpe como si fuera ficción y en realidad es historia, tras cada festival, como privilegio del mundo escénico y dancístico.

La cuarta característica sería una especie de traspaso sensible, rápido, emulsivo en lo temático, lingüístico, evocativo y en la categoría que hemos llamado cierta o inciertamente género. Porque cuando estás en el EDANCO; uno se siente en pleno corazón del Caribe, o todo el Caribe puede sentirse en uno. De modo que todo va correspondiendo con algo colateral o que en el fondo forma parte de un mismo festival o corpus dancístico organizativo.

La quinta es lo que yo llamo la complicidad entre la danza y su efecto. En el EDANCO existe un convivium permanente con una danza neta, pero hay lo performance con la historia en el hecho de que casi siempre el festival que está en tono al tema del encuentro con las contemporaneidades se va acentuando y se sitúa en plena historia, tanto en lo universal como del país invitado o de la Noche Dominicana y de la Danza Joven.

La sexta característica es que todos estos elementos crean un festival o un encuentro muy específico que se me dificulta encontrar en otra festividad dominicana actual o pasada. Y lo digo con propiedad, ya que he viajado y he sido testigo de presenciar diferentes festivales por todas partes del globo terráqueo.

La séptima es que el EDANCO aparece como uno de los pocos festivales plenos que tiene y ha tenido República Dominicana en Danza.

La octava es que en esta edición su director Edmundo Poy preocupado por la frágil memoria de la historia ofrece en esta edición de EDANCO su acertada contribución para conservar la memoria en el tiempo -Es decir, dejar constancia y reseña escrita-, lo que no se registra, se olvida y para eso estoy en esto yo.

La novena es que el EDANCO es y seguirá siendo el legado más importante de Edmundo Poy, y por ende su EDANCO, hacernos revivir con los brazos de su encuentro la certeza y el asombro de lo que hemos sido y seremos, de esa herencia que hoy reencontramos y que tenazmente sobrevive gracias a la terquedad de sus sueños.

Durante la programación de esta semana del EDANCO 2018, del 24 de hasta el 30 de septiembre, he visto interesantes propuestas de danza contemporánea como lo es Yo, desaparezco, coreografía de Michael Foley, bajo la producción de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea (RD). Pieza dinámica con una visión más universal de la danza. Otro, de los grandes aciertos de la propuesta, es la selección de sus cuatro bailarines [Daymé Del Toro, Patricia Ortega, Mildred Rubirosa y Jonás Padilla], quienes han ensamblado una composición de compleja sincronización y de rara belleza.

También pudimos comprobar las atractivas creaciones de Retour y Rhizomes, ambas propuestas de Martinica, invitado de honor este año en EDANCO. En la primera, de la compañía ART & FACT, la creación precisa muy bien las características que debe tener un espectáculo de danza: en primer lugar, la búsqueda de una comunicación dinámica con el público; una historia relativamente simple, apoyada en una partitura de movimientos claros para ser comprendida sin esfuerzo por el variadísimo público asistente al encuentro.

Con la segunda, la coreografía de Jean-Félix Zaïre para la compañía Yonn Dé Moun, logra una partitura de movimiento eficaz y una banda sonora que ayuda a matizar la pieza con humor; en sí, ambas creaciones fueron elaboradas de forma atrayente y logran imprimir a la representación un ritmo adecuado que sin duda alcanzará su justa medida con las sucesivas presentaciones.

Por último, con Salut. Mon Frére/ Hi, Brother de la compañía ART & FACT, espectáculo de agradecida factura con altos niveles de riesgos y desenfados escénicos, que logra la coreografía de Jean-Hugues Miredin.

Todos estos elementos consiguen con dinamismo, vitalidad y buen gusto, entremezclar tradiciones con los componentes más actuales de la cultura gay, se apoyan con el arte del teatro-danza, brindando a los espectadores cualesquiera que sean sus edades, la maravillosa posibilidad de encontrarse con el deslumbrante o como bien lo llama, la investigadora, Ileana Diéguez: “teatro conceptual performativo”.

Como coda diré que: EDANCO, continúa con su atractiva programación todos los días hasta el domingo 7 de octubre, día de cierre. No obstante, faltan compañías de Martinica, Costa Rica, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Canadá, Panamá, Estados Unidos, Corea del Sur y Dominicana por presentarse. Aún queda mucho por danzar…

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