DESDE LA ÚLTIMA BUTACA
Secretly Greatly
Esta obra, aplasta por su guión. Entre risas y lágrimas (que no lagrimeo) Chul-Soo Jang nos ofrece un viaje singular a la tragedia que vive la sociedad surcoreana de hoy: el enfrentamiento Norte-Sur. La tragedia se enfoca en la constante injerencia mediática. No es un secreto que los agentes norcoreanos se las ingenian para campear por sus respetos dentro de Seúl. Allí realizan infinidad de acciones de espionaje y contraespionaje. La película retrata a tres jóvenes agentes encubiertos, que asumen fachadas ridículas para pasar inadvertidos. El guión se encarga de sacar a la luz el trabajo sucio a que son sometidos estos agentes: “Entrenados como animales y preparados para matar” (según el propio guión). Pero la puesta en escena no marca la política, sino el final que le espera a cada quien. Esta es una película de antihéroes que sobreviven, luchan, batallan y mueren entre ellos mismos dentro de la sociedad surcoreana que con asombro los ve pasar y trata de incorporar inútilmente a aquellos que se han dado cuenta de las trampas. Impecables actuaciones evitan la caricatura a pesar de que el guión obliga a cruzar por ella. Pero esa caricatura se reinventa y surge como un punto de equilibrio que descubre los diversos roles que estos espías aprenden para pasar inadvertidos. Y el equilibrio se logra precisamente por esa manera tan original de acosar los imprevistos. El filme mantiene un ritmo impresionante; las subtramas, a veces lanzadas al azar y otras bamboleadas en el aire, no molestan, pero denotan que el filme fue tomando alturas mucho más complejas que a veces quedan truncas por su desvío de la trama central (el acoso sexual a niños y jóvenes por un empresario local). Sabe Chul-Soo Jang que no está proponiendo un filme de autor, sino un productos que esconde con elegancia sus matices psicológicos dentro de la risa y también dentro del escarceo emocional y la traición. Los escenarios naturales transmiten un aire sublimal muy necesario para obras que trascienden por sus valores éticos. Esta película estuvo entre las mejores acogidas el pasado año por el espectador surcoreano. Seis millones de espectadores pasaron por las salas de estreno y llevaron a sus respectivos hogares con sonada humildad una lección de dignidad humana que tal vez los rivales del Norte no puedan comprender en su real dimensión. Chul-Soo Jang propuso un jaque cultural del que pudo salir gracias al trabajo en equipo. Música, fotografía, efectos especiales, vestuario, maquillaje y ambientación complementaron ese guión manufacturado con pulso visionario. A sala llena y bajo fervientes aplausos, fue el estreno de esta obra en la Cinemateca Dominicana en función inolvidable.