EVELINA RODRÍGUEZ
Confesiones de una ‘Extraña’
Segura de sí misma y con deseos de hacer las cosas como se deben en materia de cine, la joven actriz Evelina Rodríguez ya es más que una promesa
Maeña de sangre y corazón, Evelina Rodríguez está viviendo un gran momento. Su pasión por el cine la ha llevado a hacer realidad el sueño de toda actriz: Protagonizar una película importante, elogiada por la crítica, y sacar adelante su personaje sin tener de qué lamentarse. Sin embargo, ella está consciente de que su triunfo encarnando a “Rosa” en el filme “La Extraña”, de César Rodríguez, apenas es el despunte de su carrera. Un despunte que puede abrirle puertas importantes para futuros proyectos. Anoten su nombre y sigan su presencia en futuras producciones, porque dará de qué hablar. Ya ha saltado “el charco” y el mundo se está fijando en ella. Por suerte, han quedado en el camino sus escarceos en películas menores como “Al fin y al cabo”, “Los Súper”, “Feo de día y lindo de noche” y “Vamos de robo”. Ahora se ha enrumbado por el verdadero cine y aunque reconoce que todos los días piensa la tragedia que debe enfrentar a fin de mes para “pagar la renta”, está comenzando a comprender de que no debe seguir haciendo cine por dinero, sino que tiene que darse a respetar. Por eso dice: “Yo estoy viviendo un momento que no esperaba y creo que no me vaya a detener en mi carrera de hacer cine. A veces me pregunto qué vendrá después de La Extraña, cuál será mi siguiente paso, pero a pesar de esta duda, estoy convencida de que no me dejaré influenciar. Uno tiene que aprender a vivir en este medio, con las críticas buenas y malas. Hay que aprender a vivir con eso y este fue el medio que yo elegí. Duro será elegir buenos proyectos a partir de ahora, pero trataré de hacerlo. Por suerte tengo mi programa de televisión donde me gano la vida y cuento con el apoyo de los ejecutivos del canal”, dice. Evelina Rodríguez llegó al cine sin querer. Su mundo era el baile, el teatro y la televisión que un día llegó al Listín Diario donde aprendió a involucrarse en el mundo de la prensa escrita. Quien esto escribe ya no está frente a su compañera de trabajo, sino de a muchacha que se ha abierto paso por su propio esfuerzo, y que ha sabido cruzar caminos de todo tipo para hacer realidad el sueño de su vida. Por eso me cuenta su historia con la palabra de todos los días: “Mi primera experiencia fue en la película “Trópico de Sangre”. Su productora ejecutiva, Leticia Tonos, me asignó un pequeño papel y lo hice. Después de otras experiencias, estudié con el director argentino Rodolfo Ledo el método de Stanislavski. Un percance familiar me alejó de la pantalla unos meses y cuando volví lo hice de manos de un musical de Iván Herrera, quien con posterioridad se convirtió en el asistente de una serie de televisión producida por Sergio Gobi aquí, y tanto él como Vincenzo Marrano, habían elegido a una protagonista en la que no confiaban. Gobi e Iván presidieron una audición. Fui a ese casting y me gané el papel. Después quedé familiarizada con la compañía productora, empresa que. Incluso, me pagó un curso de para estudiar francés.” Su hablar es impetuoso y a la vez pausado. A todas luces me encuentro frente a una actriz confiada en sí misma y en la capacidad de su memoria. En este instante del relato hace un alto. Sus ojos le brillan cuando le pregunto si se siente satisfecha por haber sido descubierta por una figura como Sergio Gobi. Ella recuerda cuando el italiano le decía que iban a hacer un proyecto junto pero que todavía no tenía definido qué sería. Pero de él aprendió la importancia de confiar en sí misma. No se sentó a esperar el anunciado proyecto de Gobi, pero tampoco se olvidó de él: “Antes de La Extraña acepté todos los roles que me brindaron porque para darse a conocer en el cine uno tiene que comenzar cogiendo lo que le ofrezcan, siempre trabajé con dignidad, dando lo mejor de mí, a pesar de que esos primeros pequeños papeles fueran o no importantes. Yo hasta el día de hoy, no sé como caí. Fue una cosa detrás de otra. No sé cómo fue.”
((RevelaciónCómo se metió dentro de su personaje“Al recibir el primer guión hace dos años y verlo yo pensé que nunca lograría el personaje porque no tenía ninguna experiencia en ese tipo de conducta. Pero yo veía que Sergio Gobi, una persona tan experimentada, demostraba mucha confianza en mí. Yo me quedaba callada. Él era mi mentor. Cuando leí los cambios del guión fui construyendo mi personaje poco a poco. Hasta pagué una consulta con un profesional de la conducta para hablar de eso. Sostuve varias reuniones con el director, César Rodríguez quien me sugirió las cosas que le podía aportar a mi personaje. Escuché las recomendaciones de Laura García Godoy. Durante una semana comí todos los días con Frank Perozo. Y estudié mucho. Traté de no recitar. Me transformé en Rosa. Esa era la oportunidad de mi vida. Más o menos, esa es parte de la historia. ¿Ahora? Ahora vivo el proceso de ser yo misma.”