Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

DÍAS DE CINE

‘Don Jon’, un chico con talento

Avatar del Listín Diario
Armando Almánzar R.Santo Domingo

El chico a quien nos referimos es Joseph Gordon Levitt, que es, fíjense bien, el actor principal de “Don Jon”, pero también su guionista y, por si todo eso fuera poco, también es el director de la película. Por supuesto, no es que vayamos a decir ahora que la cinta es una tremenda maravilla pero, aun siendo una buena película está muy por encima de numerosos directores veteranos y, sobre todo, de muchos debutantes. Además, “Don Jon” no es una simple y anodina historia de amor mezclada con comedia que sigue los trillados y facilones senderos de las fórmulas establecidas: chico y chica se enamoran, luego se separan y, al final, se arreglan para el esperado final feliz. No, “Don Jon” no es tradicional, no es predecible y, por encima de todo ello, tampoco es una historia fácil de digerir. Jon, el personaje central, a quien le dicen “Don Juan” por ser un chico conquistador, de esos que van a los lugares de diversión junto a sus dos amigos inseparables y, en tanto ellos miran y aprenden, él se goza a una chica en la pista de baile, en los sillones del establecimiento y, luego, en su cama, de ella o suya, que da lo mismo. Jon, descendiente de italianos con un padre dicharachero, machista y vulgar, y una madre que ansía nietos y una hermana que se pasa casi todo el relato mirando de soslayo celular en mano hasta que dice las palabras que deciden todo el asunto, es un adicto al porno en Internet; goza sexualmente sus conquistas, pero piensa que se goza más con las chicas de la pantalla y el onanismo consabido y más que reiterado. Pero, como en toda comedia romántica, al fin conoce a la hermosa que ha de sacarle de Internet y que le permite cambiar los términos de su confesión dominical al cura que nunca conoce y que le “absuelve” siempre por igual, no importa lo que confiese. Pero, insistimos sin poder contarles más detalles: no es lo mismo de siempre, no se apega a la fórmula el amigo Gordon Levitt, hace respingar las narices de los reverentes, de los pacatos, y nos deja con un palmo de narices con un final que no tiene nada ni de final feliz ni de final acartonado porque usted, si posee un cerebro, comprende que no todo puede ser felicidad completa y que hay situaciones que parecen soluciones pero no pueden serlo. Buenas actuaciones de Gordon Levitt, Scarlett Johanson y los demás.

Tags relacionados