Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

SONAJERO

Dios nos guarde

Al cruzar la intersección me de­tuve. Un vehículo todo terreno amenazaba con tragarme si no le permitía el paso, a sabiendas de que violaba un par de pá­rrafos de la ley de tránsito. Los neumáticos del vagón que tenía frente al cristal me obli­garon a crear un atasco porque iba y cru­zó por la acera, sacrificando una jardinera con la fuerza del cilindraje y la aspereza del conductor.

A mi hermana Yordania, acabadita de aterrizar en su país, le atemorizó la escena. ¨Esto es el día a día¨, le dije, lamentando que fuese un acto de abuso la primera im­presión recibida en su tierra.

La violencia en las vías de tránsito es co­mún y constante. ¨Andar montado¨ es un privilegio y una necesidad en la cual no co­rrespondemos con empatía, respeto, con­descendencia. Desde el volante dejamos entrever nuestras miserias, escasa educa­ción y amor al prójimo.

Esto no termina aquí. En ruta a casa, en verde para mí, atiné a mirar a ambos lados antes de cruzar el semáforo. Es una previ­sión natural considerando la cantidad de conductores que se cruzan en rojo. Por eso, en dos segundos un conductor nos asedió a bocinazos, mientras la camioneta de la Po­licía Nacional se saltaba de un tramo a otro teniendo la señal en contra.

Durante la cena repasamos esos episo­dios en familia. Observé que cada quien tu­vo su propia historia de atasco, insultos y peligros por desobediencia a la ley del libri­to y, particularmente por imprudencias de conductores encaramados en vehículos de distintos costo y categoría.

Definitivamente al conducir debes cui­dar de ti y realizar ejercicios de telepatía para adivinar las intenciones del otro. ¡Ah! Y encomendarse al Espiritusanto, para salir viva del antro en que hemos convertido el pavimento dominicano. Dios nos guarde.

Tags relacionados