Sepa, antes de despedir el año

En los procesos que involucran elecciones de cualquier tipo, distribución de regalos y fiestas es que se conoce el verdadero ser humano. En las elecciones se ven los refajos. Y si usted no se toma los “ubicatex” correspondientes puede gestar amarguras extendidas. Y crear distancia con amistades de siempre. Siempre he dicho que las posiciones, rangos y privilegios son pasajeros. Las personas y las instituciones, al final, son las que quedan. Y lo bueno o malo que patrocines tiene un efecto circular.

Las actividades por fin de año y la distribución de regalos, también enseñan. Aparecen mensajes a la jefatura para llamar la atención porque “no me ha llegado el mío”, o “fulana no me tiene en su lista”. Resabios de gente más “prestante” de la que puedas imaginar. El dato es que usted reparte cien regalos y solo recibe entre tres a cuatro notas de agradecimiento. Curioso, ¿verdad?

También aflora el celo porque aquel recibió de un tamaño y el obsequio mío es inferior. La vida me ha enseñado a agradecerlo todo: el detalle grande, el pequeño, el silencio, la distancia, el abrazo. Y, que todo pasa, hasta la ciruela pasaÖ je, je, je.

Milagros de Féliz y Checho, su esposo, cuando ella dejaba la labor bancaria y él los aprestos en el Grupo León Jimenes se prepararon mentalmente para ver mermar la avalancha de regalos y propósitos de Navidad que sus altas posiciones traían consigo. Guardando la diferencia, ese ejemplo de milagros me ha servido para atesorar aquellas cosas, expresiones y bendiciones que he recibido posterior a dejar posiciones en empresas donde he tenido la oportunidad de servir.

Anote: si la fiesta es válida para dos no lleve tres y cuatro personas, pues se altera la logística de los anfitriones. Y no ande cargando los centros de mesa. Muchas de esas cosas son alquiladas y si usted se las lleva, es un gasto mayor para quienes organizaron la velada.

Por último, diciembre es solo un mes del año. No quiera tomarse todo el romo del sitio. Emborracharse atento a otro no es motivo de orgullo. Sea prudente con el codo.