Dormir: fuente de salud y energía

Encontrar el equilibrio entre las actividades de la vida diaria y el descanso, es una situación que parece fácil de manejar, pero en realidad detrás de cada persona existen particularidades que limitan o benefician distintos ámbitos esenciales de la vida. La cantidad de horas dedicadas al sueño influye en cómo las personas actúan, sienten, y el funcionamiento armonioso de sus órganos que mantienen el cuerpo en total vitalidad.

La inexperiencia, enfermedades, y necesidades crean malos hábitos que afectan el ciclo del sueño, pueden agravar los daños presentes y hacer un hábito de la situación. Dormir, ya sea mucho o poco, puede ser causante del color que presente el día, y no necesariamente levantarse con el pie izquierdo, es causante de riesgos; mucho o poco afecta la salud tanto física como mental, las relaciones interpersonales, y la calidad de vida.

Para Alejandro Lora, médico otorrinolaringólogo de la Clínica Corominas, “el sueño es un estado activo donde se producen cambios hormonales, metabólicos, bioquímicos, de temperatura, en la actividad mental, fundamentalmente para lograr un equilibrio psicofísico adecuado y un correcto funcionamiento durante el día”.

Una acción tan cotidiana como dormir puede cambiar vidas según el tiempo dedicado. Expertos estiman que los adultos deben dedicar un 33% de las horas del día al sueño. “La cantidad de horas que necesitamos para dormir depende de la edad. Por ejemplo: un bebé necesita alrededor de 17 horas al día, mientras que niños mayores, 10 horas cada noche; y por último, un adulto promedio 8 horas, al igual los ancianos”, afirma Jonathan Bravo, médico psiquiatra.

Es un exceso en adultos dormir más de 9 horas, y un indicio negativo, ya que sentir cansancio a pesar de recuperar el tiempo de labor puede ser causa de problemas de salud, disminuyen las capacidades de la memoria y concentración; de igual forma, dormir mucho altera la producción de serotonina, la “hormona de la felicidad”, lo que puede provocar mal humor y dolores de cabeza; también se agregan complicaciones relacionados con la diabetes y la obesidad.

Lora asegura que mientras se duerme aumenta la reparación tisular, se conserva energía, se almacena la glucosa, y se estimula el sistema inmunológico.

Alteraciones Bravo agrega que “no dormir altera la presión arterial, altera el sistema del nervio central, dolor de cabeza por la mañana, mal humor, con el tiempo pueden desarrollar ansiedad y depresión. Otros efectos de la privación del sueño son: irritabilidad, deterioro cognitivo, y disminuye la capacidad de reacción en tiempo y precisión”.

Razones para dormir las horas necesarias “En la población general y especial, el trastorno del sueño más común es el insomnio, la prevalencia en adultos es aproximadamente de un 30-45%. En niños hay otros trastornos del sueño como son las ‘parasomnias’, que incluyen los terrores nocturnos, las pesadillas, y el sonambulismo”, afirma Jonathan Bravo.

El insomnio en pocas palabras, es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, un problema frecuente; puede ser temporal o persistente, causando la sensación de cansancio, e influye en la concentración, la atención, y el estado de ánimo en quienes lo padecen.

“Aproximadamente el 90% de los pacientes que padecen algún trastorno mental a lo largo de su vida, el síntoma principal es el insomnio, también se ve al inicio de una recaída de la enfermedad, por eso la importancia de dormir las horas necesarias, y promover hábitos de sueño saludable”, subraya Jonathan Bravo.

Condiciones del mundo laboral Oscar Talavera, de 21 años, vive la experiencia de un trabajo con horario rotativo, tiene días en los que llega a su casa a las 3:00 de la mañana, cuando está libre en la noche, comenta que es difícil para él dormir en horas de la madrugada, en sus días libres trata de recuperarse. Adquirió una costumbre de dormir 5 horas, y como máximo 7 hace más de un año, cuando debía estudiar y trabajar, su rendimiento académico comenzó a cambiar debido al horario nocturno, no se concentraba, “literalmente iba dormido a la universidad”.

En su proceso de adaptación, las personas sentían su mal humor sin aparente motivo, se enfermaba más seguido, sentía ansiedad, perdió mucho peso aún siendo delgado, y considera curioso notar bajo rendimiento sexual luego de una semana con mal dormir.

Los niveles de “cortisol” se adecuan al sueño, esta hormona influye tanto en el sueño como el estrés, ayudando a las personas a adaptarse al deterioro del ciclo del sueño, revela Plutarco Arias quien es neurólogo de la Clínica Unión Medica; por esta razón, muchos trabajadores nocturnos, de horarios rotativos y doble empleados logran aguantar.

Otros casos son todo lo opuesto, Almeida Peña, tiene dos trabajos que lleva sin dificultad, en la tanda matutina trabaja en un Call center, y en las noches trabaja en el área de transporte. Peña se siente bien al poder dormir las horas necesarias, su secreto es “la organización y saber jugar con los horarios”, siendo un ejemplo de que si se puede lograr el equilibrio a pesar de tener muchos compromisos. Cuando no duerme bien su humor cambia, si excede las horas se siente más cansada, confiesa Peña quien trata de llevar en buen estado su sueño para llevar los mejores ánimos.

Los empleados que deben cumplir horarios no son los únicos que poseen inconvenientes con horarios que desestabilizan el ciclo del sueño. Emil Rodríguez es un joven emprendedor de 21 años, que a su corta edad ha destacado en el mundo de la fotografía. Todo proyecto exige y en su caso le ha costado muchas horas de sueño, debido a sus constantes actividades, se ha acostumbrado a dormir poco, tiende a enfermarse con más frecuencia, la mezcla con el estrés hace que incluso su estómago no le da señales de hambre, y añade que dormir lo adecuado hace que aproveche más el día y se sienta renovado.

Rodríguez cuenta la anécdota de que un día: “inicié un miércoles a trabajar, ese día dormí cinco horas, pero después de jueves a domingo no pude dormir ni treinta minutos por el estrés, entregas, bodas, el equipo trabajando por un lado, entradas, y más permitieron que durara esos días sin dormir, al llegar a casa el domingo me recosté en la cama y perdí la conciencia, la fiebre me invadió, la cabeza me reventaba, fue tan fuerte que tuve que durar un día completo en cama y parar mis trabajos por una semana”.

Apnea del sueño Plutarco Arias, director de Instituto Neumológico De Apnea del Sueño (INAPS), define la apnea como las “pausas repetitivas de paradas respiratorias durante el sueño, producida por la baja de oxigeno en el organismo”, cuando el paciente tiene un flujo de aire normal y de un momento a otro la respiración para, “se pierde la señal respiratoria en más de un 90%”.

Se producen alteraciones cognitivas o neuropsiquiatras, alteraciones cardiorespiratorias, falla de la memoria, hipertensión arterial pulmonar, resistencia a la insulina a pesar de tomar sus medicamentos, problemas en los órganos viriles, en respuesta a la falta de oxigeno, ronquidos, tienen que ver con el envejecimiento prematuro y problemas de tiroides, agrega Arias.

Factores Es más común en hombres y muchos de los pacientes son obesos, la solución a la apnea en sentido general va de la mano en muchos casos con la pérdida de peso, y el riesgo se encuentra en que quienes la poseen pueden quedar dormidos sin darse cuenta y rápidamente, aparte de las enfermedades que produce asociadas con distintos órganos.

Alejandro Lora del área de SOMNOCORP de la Clínica Corominas, precisa que “la apnea del sueño en los niños es producida mayormente debido a la hipertrofia de las amígdalas y adenoides, aquellos casos que prevalecen luego de la cirugía requieren un enfoque multidisciplinario”.

MEDIDAS PROPUESTAS POR BRAVO: • Establecer una rutina a la hora de acostarse.

• Mantener el espacio en buenas condiciones ambientales.

• Evitar bebidas estimulantes, alcohol y tabaco.

• No realizar actividad intelectual entes de ir a dormir.

• No exceder el tiempo de siestas en el día.

• Acostarse cuando aparezca la “sensación del sueño”.

• Utilizar la cama exclusivamente para dormir.

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