Noticias

SONAJERO

125 años

GRISBEL MEDINA R.Santo Domingo

La escuela que es Listín Diario cumple hoy 125 años. Ha llovido mucho desde aquella primera listita que reportaba la entrada y salida de buques hasta el rotativo de hoy que no descansa en el afán de imprimir las páginas tipo sábana del “tan dominicano como tú”. Muchas historias ñy urgencias- han llegado a buen puerto gracias a la tinta de Listín. Y muchas crónicas han retratado la actualidad nacional y el devenir que luego es conservado como prenda de la historia. Listín Diario fue por mucho tiempo el lugar donde quienes estudiábamos periodismo soñábamos con publicar. Y ha sido el afluente en el cual se fortalecieron las venas periodísticas y profesionales de una gran parte de los equipos de redacción de otros diarios, revistas y noticiarios del país. En los últimos años, Listín abrió el canal que permite a estudiantes de Comunicación Social, ejercer como periodistas durante 365 días. El programa que me ha premiado con una buena cantidad de hermanas-cómplices, saca calificaciones brillantes en el desempeño de sus egresados tanto en la misma editora como en otras empresas editoriales del país y fuera del lindero nacional. Un medio de comunicación siempre es una escuela. También una ventana a la vida, al mundo, a los humores de la gente, a los corazones de las comunidades, a las demandas ciudadanas. Gracias a Listín caminé bastante y conocí entrañas recónditas de esta patria tan amada. Gracias a Listín una línea ha cambiado, para bien, la suerte de mucha gente. Desde hace tiempo, mucha gente interesada en que le escuchen o de granjearse un escudo de protección patrimonial, copa los espacios y plazas de trabajo de la comunidad periodística. Los opinadores interesados han colgado togas y herramientas de otros quehaceres para ejercer ahora como “comunicadores sociales”. Es un rebú de consecuencias fatales. En estos 125 años, Listín Diario tiene el desafío de sacudirse, acercarse más a las comunidades que necesitan una voz y amplios despliegues, está en la obligación, como patrimonio editorial del país, de llamar las cosas por su nombre y no abrigarse del declaracionismo interesado. En fin, muchos retos para un Decano de buen oído y gran corazón.

Tags relacionados