Tumbando mitos del 4% para la Educación
Hoy vengo que les doy a todos. Bueno, como casi siempre.
Comencemos por decir que el Gobierno quiso quitarle dinero al Ministerio de Educación. Que se retracten, al ver la reacción en contra, es otra cosa.
Pero la intención estuvo. O está. Pueden retirar la propuesta pero el pique se quedará. Y sus intenciones han quedado registradas.
No puede venir nadie a decirnos ahora, en septiembre de 2022, que había 4,250 millones de pesos en Educación que no se iban a gastar.
La explicación oficial es que no pueden dejar ese dinero en Educación y que se gaste en lo que sea.
Y esto es lo raro, porque no estamos hablando de lo que sea. Estamos hablando de Educación. Una respuesta así solo sirve para entender que nadie se sentó, el año pasado, cuando se hizo el presupuesto, a planificar nada seriamente.
Y lo más fácil ahora es quitárselo a Educación. Primero anunciamos que tenemos que alquilar aulas y luego que le quitamos dinero a Educación. A veces uno no entiende bien el orden de las cosas.
La simple idea que se le ocurrió al PRM termina dándole la razón a Leonel, que se opuso a entregar el 4% aquella vez y todos lo criticamos.
Más que los 4 mil millones de pesos que piensan quitar lo que molesta es el haber prometido 10 mil veces hace unos años que sí, que era bueno, que lo harían y gastarían mejor. Pero ahora salen a decir que no calcularon bien, y que ese dinero mejor lo gastamos en subsidios.
La primera idea es que lo pondrán en los subsidios de la gasolina de Ito.
Pero igual surgirá la duda de si a lo mejor quieren usarlos en los subsidios de Peña Guaba por el día de las madres, o en los de Peña Guaba por el día de reyes.
O en los que se inventaron hace unas semanas que anda la Contraloría entregando chequecitos de 1,500 pesos.
Al final todo y vuelve a dar vueltas hasta el mismo circulo. Tirar el dinero.
Ya lo hizo Leonel en el 96-2000 con el Peme aquel. Un programa de chequecitos, ideado con la célebre idea de que era mejor pagar que matar.
Pero vayamos a los datos duros: Tenemos 10 años metiendo el dinero del 4% del PIB y realmente no hemos mejorado la calidad. Se construyeron muchas aulas, con muchos cuestionamientos, pero de calidad nada.
Eso es cierto. Ahora invertimos más y los muchachos se siguen quemando.
Si nos queremos poner técnicos con el dinero que se le da a la Educación, lo hacemos: lo ideal es que no se hagan asignaciones presupuestarias en base al PIB, por que el PIB no es dinero del gobierno.
Las asignaciones deberían ser en base a los ingresos que el gobierno tiene pautados. Lógica elemental: En su casa usted invierte o gasta en base al dinero que entra allí, no a todo el dinero que recibe su barrio.
Otro buen argumento sería entregar el dinero en base a evaluaciones, incentivos cuando las cosas se hagan mejor.
Recuerden que si nos llevamos de darle el 4 a Educación, el tanto a Salud, el 10 de otra cosa a los ayuntamientos... fácil que sumando llegamos a 110.
Eso técnicamente es cierto. Y es una buena discusión que debería darse en este país.
Lo que molesta es que ustedes hayan dicho que tenían un plan, que la calidad educativa iba a mejorar. Que el 4% era necesario, que solo había que aplicarlo bien. Y ahora resulta que llevan 2 ministros y aun así hay 4 mil millones en riesgo de perderse. Cuando ya ustedes tienen dos años de gobierno.
Entonces ahí es que viene una duda legítima: Y para qué rayos les pagamos a ustedes las yipetas esas negras grandotas que usan, para qué pagamos los seguridad que les abren las puertas... no es para que por lo menos se sienten a pensar, de vez en cuando, que no tiene que ser siempre, en mejorar la educación preuniversitaria.
Y me detengo aquí con la advertencia de que podré volver. Pero antes de irme una reflexión profunda.
Este es el momento para que surja de la sociedad algún súper héroe, en vista de que el Chapulin ya no está.
Quizá uno o varios súper héroes, vestidos con capas y franelas amarillas, que anden con una sombrilla para que el sol no les moleste. O quizá vestidos de verde, dispuestos a caminar medio país un domingo por la mañana.
A lo mejor nos faltan conciertos con gente popular. Con artistas famosos. O gente que hable más duro por las redes sociales y la radio, por la televisión.
Digo yo, tú ves, un movimiento así de espontaneo y genuino desde las entrañas del pueblo.