Coral y los millones que perdonan delitos
Un señor de nombre César Ramos Ovalle entregó a la Procuraduría 18.4 millones de pesos, que según dijo eran parte de la corrupción de los casos Coral y Coral 5G.
Y eso, que uno pensaba que Girón había cantado mucho. Pero este cantó, y entregó.
Esta pequeñita revelación está en la acusación formal contra las 30 personas acusadas. Se trata de una supuesta red que habría manejado 4,500 millones de pesos, exprimiendo los fondos del Cestur de Torres Robiou y el Cusep de Cáceres Silvestre.
El señor Ramos Ovalle es un “digno” empresario, hombre honorable con bombas de combustible. Según él mismo dijo, el negocito de los millones lo tenían montado con unos tickets de gasolinas.
Las instituciones le daban contratos millonarios para suplir el combustible a las entidades pero resulta, y siempre según la Procuraduría y el señor, nunca se entregaban tales galones. Los militares mandaban a una persona, o a dos, mensualmente a hacer unas visitas de cortesía.
Y de ahí salían con cajitas de regalos, con envolturas y todo, todo cada mes se llevaban en efectivo más de un millón de pesos.
Madre mía.
Esto de Coral puede que a usted ya se le haya olvidado a mucha gente pero sirve recordar que hablamos del caso donde Girón cantó tanto que terminamos dándole el premio de cantante del año. Donde está metida la pastora Rossy Guzmán, su hijo Tanner y el mayor general Adán Cáceres, el jefe de seguridad de Danilo.
Pues cuando a Cáceres lo metieron preso asumió como jefe otro general: De los Santos Viola. Un par de meses después y ese también cayó preso, metido en el caso 5G.
La Procuraduría dice que el cantante Raúl Alejandro Girón tiene una doble voz en su hermano, algo así como que su hermanito, Vicente Girón Jiménez, le servía de corista en los líos de millones de pesos que recaudaban de las nóminas de las dos instituciones.
Dice la Procuraduría que en una ocasión los hermanos se hicieron transferencias de hasta 45 millones de pesos y en total, la Superintendencia de Bancos registró movimientos de dinero por 117 millones que llegaron en transferencias, depósitos y nómina.
Lo raro de este caso es que ni el hermano de Girón, Vicente, ni el empresario de los combustibles, figuran entre los acusados del caso.
Algo así como que cooperar en este país limpia las culpas, cosa que no debería ser. Una cosa es negociar para que le pongan menos años y otra muy distinta en perdonar los pecados millonarios por entregar dinero y soltar la lengua.
Pero bueno, todo es posible en este país.
Nada que el sustento del expendiente es que un grupo de militares, con altísimos rangos militares, supuestamente se beneficiaron de su cercanía con el expresidente Danilo Medina para montar una red de robo de dinero.
Dice la Procuraduría que estos altísimos militares tenían a unos secuaces que nombraban a militares con un salario y les quitaban gran parte de ese dinero. Que había gente exclusivamente para recolectar ese dinero cada mes, que también supuestamente, era entregado luego a los jerarcas militares.
Era una especie de estructura de pirámide para el robo, según lo que se interpreta del expediente de 3,000 páginas.
Y ahora que hablamos de las 3,000 páginas es bueno señalar que hay 30 acusados y 18 empresas. Eso da pinta de que el juicio deberán hacerlo en el Palacio de los Deportes, por la tantísima cantidad de abogados que van a querer lucirse en estrado.
También es bueno saber que estos son dos casos en paralelo: el Coral y el Coral 5G, que los fiscales quieren que se los conviertan en uno solo, cosa que un juez deberá decidir muy pronto.
Entre una cosa y otra, tranquilo, o tranquila, que este caso va para lejos. Si en Odebrecht eran 14 en un principio, en el 2017, y terminaron en estos días, imagínese usted con estos 30.
Palomitas y a esperar.