El Farol

Miguel Gutiérrez y la narco política

El diputado Miguel Gutiérrez es acusado de integrar una red que traficaba cocaína entre República Dominicana, Colombia y los Estados Unidos.

Es un hombre conocido como un supuesto empresario de la construcción en Santiago y que debutó en política en el año 2020 por lo más alto: fue el quinto diputado más votado de todo el país.

Es de Santiago y allá fue el candidato más votado de toda la provincia. Un fenómeno político bañado en dinero. Y en drogas.

Su crecimiento como figura política era tal que ya lo promovían para ser alcalde de Santiago, a billetazos limpios.

Su apresamiento en Estados Unidos es una vergüenza para toda la clase política del país. ¡Vaya galleta!

Y nos obliga como sociedad a revisarnos, que todavía estamos a tiempo.

Miguel Gutiérrez llegó a Miami y los americanos lo estaban esperando. Apresado de una. Un poco raro si tomamos en cuenta que era un narcotraficante importante. O sea, él sabía en lo que estaba y se fue campantemente donde sus captores, confiado en su condición de legislador.

Al diputado le acompañan en esa acusación su hermano, Miguel Emilio Gutiérrez Díaz, alias “El Alemán”, y los herma¬nos Danny y Endy de Jesús Núñez Mármol, este últi¬mo conocido por el apodo “El Fuerte”.

O sea dos parejas de hermanos. Aquí cabe bien la idea de que se trataba de un negocio familiar…

Curioso es que los fiscales de Estados Unidos han felicitado a la Oficina de la Presidencia de la República por su colaboración en las investigaciones. Je, je, je… ¿y cómo ayudó en eso la Oficina de la Presidencia, que es casi lo mismo que decir que Luis Abinader?

Lo triste es que no es el primero y tampoco, probablemente, el último. La lista de políticos narcos, o de narcos enganchados a políticos, es larga. Y hay otro problema: nadie se ha salvado.

Quirino Ernesto Paulino Castillo es el caso más sonado: fue enganchado a capitán del Ejército en el gobierno de Hipólito Mejía y también formó un movimiento de apoyo a su reelección.

Fue extraditado a los Estados Unidos donde cumplió condena y días antes de volver al país comenzó a decir que le había dado dinero a Leonel Fernández.

El problema con esa denuncia es que Leonel fue la persona que lo extraditó a Estados Unidos cuando era presidente. De modo qué… algo en su versión no cuadra.

Lo que siempre se ha rumorado es que su retorno triunfal a Santo Domingo estuvo apadrinado dizque por gente del gobierno de Danilo Medina.

Hay quienes especulan que de ahí en adelante fue que el Profeshor y Dani rompieron lazos y se pusieron enemigo y no me hable.

Pero ya, dejemos fuera el drama en que Danilo y Leonel metieron a este país por años.

Centrémonos en que ahora mismo en el Congreso hay por lo menos dos legisladores con un pasado de acusaciones por drogas.

Sergio Moya de la Cruz, conocido como Gory, diputado del Distrito Nacional, fue acusado en julio de 1998 por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) de lavar unos US$300 millones junto a otras 14 personas.

Él y los demás acusados fueron descargados “por insuficiencia de pruebas” en el año 2000.

Franklin Romero, senador de Duarte, fue acusado en el año 2011 en Nueva York de haber participado en una red de distribución de cocaína que enviaba las ganancias a Colombia. Un año después fue dejado en libertad tras haber cumplido su pena.

Pero la lista es mayor: en 2017 el regidor Bolívar Matos Féliz fue detenido en Paraíso de Barahona por estar involucrado en un cargamento de 1,026 kilos de cocaína; un regidor de Jimaní, Pascual Aristy Novas Novas, fue apresado con un cargamento de 111 libras de marihuana en 2018; en 2019 agarraron a un precandidato a regidor de Vicente Noble, Antonio González, alias Ernestico Changue, por 4 kilos de cocaína;

Boanerges Sánchez Nolasco aspiró a senador por Hato Mayor. En el 2003, Hipólito le dio un perdón especial mientras cumplía pena por trasiego de cocaína. Estos se le mencionó con César “el Abusador”. Yamil Abreu, quien fue alcalde de un distrito municipal, fue apresado y extraditado a los Estados Unidos.

Para las elecciones del año 2016 la Procuraduría General de la República llegó a decir que investigaban entre 10 y 20 candidatos por supuestos vínculos con el narcotráfico.

Solo quedó en denuncia. Nadie hizo nada.

Los políticos nos llegaron a vender las leyes de Partidos y la del Régimen Electoral como la salvación. Dijeron que se iban a poner topes a los gastos y que sabríamos quiénes ponían el dinero a los políticos, con lo que se reduciría, supuestamente, la incursión del narco en la política.

Nada de eso es cierto.

En las campañas electorales se sigue necesitando muchos millones de pesos para ser candidato y luego para ser electo por nosotros, la gente, la sociedad.

Haga un ejercicio simple: pregúntese para qué gasta un individuo largos millones de pesos para ser diputado, regidor, o senador. O alcalde.

Nadie gasta su dinero tan alegremente.

Hay solo dos opciones disponibles: o van a recuperar el dinero que gastaron. O tienen tanto que no les importa tirarlo hacia arriba.

Y ya sabemos que nadie que haya trabajado su dinero, que lo haya sudado levantándose a las 5 o 6 de la mañana, tiene la intención de regalarlo tan fácilmente.

Solo queda una opción… el poder, la inmunidad y la seguridad que les da ser una autoridad electa.

El escudo de protección para seguir en el mundo de las drogas.