tribuna
Deporte y Bien Común

Juan Francisco Puello Herrera
El deporte, cuando se vive de manera auténtica, va más allá de la competencia o el resultado, convirtiéndose en una poderosa herramienta para el desarrollo personal y social. Los tres pilares fundamentales del deporte —entrenamiento, disciplina y motivación— son esenciales para comprender cómo puede contribuir al bien común.
El entrenamiento va más allá de una rutina; es un esfuerzo constante impulsado por la pasión y la conexión con la actividad. Cuando el deporte se desvía por intereses externos, pierde su propósito y el crecimiento personal se ve afectado. El deporte debe centrarse en su esencia: la pasión por superarse.
La disciplina va más allá de seguir reglas; es un compromiso con el esfuerzo constante y la mejora continua. Un buen deportista busca aprender, perfeccionar habilidades y enfrentar nuevos desafíos. Este autocontrol beneficia tanto al individuo como a los equipos y la comunidad, reflejando que, en la vida, el éxito depende de la perseverancia.
La motivación mantiene al deportista en marcha, incluso en tiempos difíciles. No se trata solo de ganar, sino de la lealtad con la que se persiguen los sueños sin perder de vista el propósito. El verdadero valor del deporte radica en enfrentar los desafíos y seguir adelante, independientemente de los resultados inmediatos.
En este contexto, el deporte puede entenderse como una metáfora de la vida. Al igual que en una competencia, las personas enfrentan obstáculos, momentos de duda y dificultades. El éxito no
siempre se mide por los resultados inmediatos, sino por la dedicación, el esfuerzo y la capacidad de mantenerse fiel a los propios principios. La verdadera victoria radica en seguir adelante, aprender de cada experiencia y mantenerse motivado.
Aquí entra en juego el concepto de Bien Común, que defiende las condiciones sociales necesarias para el desarrollo pleno de las personas. Este concepto incluye aspectos como la libertad, la justicia y la oportunidad de vivir según la propia vocación. El Bien Común asegura que todos tengan las mismas oportunidades para crecer, desarrollarse y alcanzar su máximo potencial.
En el ámbito deportivo, el Bien Común implica que el deporte debe ser un medio para el desarrollo de todos, no solo de unos pocos. Las condiciones deben ser inclusivas y justas, permitiendo que cada persona, independientemente de su origen, alcance su potencial físico, mental y moral. Solo así el deporte puede contribuir al bienestar colectivo y al progreso de la sociedad.