MADRES DEL DEPORTE

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LA TAEKWONDOÍSTA DEISY MONTES DE OCA AHORA CON EL DEPORTE Y EL COMPROMISO DE SER PROGENITORA EJEMPLAR DE DOS MELLIZOS, SUS DOS PRESEAS MÁS VALIOSAS.

Deusy Montes de Oca carga a los mellizos Enma Sofía y Carlos Gabriel, de siete meses de nacidos.

Deusy Montes de Oca carga a los mellizos Enma Sofía y Carlos Gabriel, de siete meses de nacidos.Fuente Externa

La vida y algunos sueños de Deisy Montes de Oca han dado un notable giro desde aquel 30 de noviembre del pasado año, cuando se convirtió en madre de los mellizos Enma Sofía y Carlos Gabriel, procreados con el medallista olímpico Gaby Mercedes.

Aunque se siente bendecida porque ahora tiene lo más importante que le faltaba, compaginar los roles de madre y atleta no le ha resultado fácil a la campeona de taekwondo los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez, Puerto Rico (2010) y de plata cuatro después en la edición de Veracruz, México, entre otras medallas que acumula en su ilustre carrera.

Si la tarea se torna complicada cuando se tiene un niño, sobre todo de meses, hay que imaginar lo que ocurre con un par a los que pocas veces el sueño vence juntos.

“Cuando uno de los niños duerme, el otro está despierto. Se despiertan mucho en la madrugada”, declara la espigada atleta santiagués de 5´9 de estatura.

Las horas que solía dedicar diariamente a los entrenamientos se han reducido de ocho a solo una o una y media, insuficiente para mantenerse en los primeros planos como atleta élite.

“Antes entrenaba de seis a ocho de la mañana, de once a una de la tarde y de seis a ocho de la noche”, informa Deisy, quien recibe ayuda de Gaby Mercedes, cuando el coronel y subdirector de Comunicaciones de la Policía Nacional llega habitualmente en la noche al hogar.

Foto familiar con los niños y Gabriel Mercedes.

Foto familiar con los niños y Gabriel Mercedes.Fuente Externa

“Él se pone a ver la NBA con la niña y en la madrugada me asiste cargándolos cuando se despiertan. Nos turnamos”, resalta sobre su compañero, quien, no obstante, ha declinado cambiarles los pampers porque al limpiarlos se les corren hasta la parte baja de la espalda (“hace un tollo”).

“Ahora, cuando baja el sol, voy y entreno (al pabellón de esa disciplina del Centro Olímpico), pero tengo que llevarlos porque a la hembrita le gusta mucho el seno”, manifiesta la madre y atleta, quien tenía la ilusión de participar el próximo mes de junio, aquí delante de su familia y amigos, en los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador.

(El taekwondo será uno de los siete deportes de la justa regional que tendrán a la República Dominicana como sede).

Lamentablemente, ella no recibió el visto bueno de su ginecólogo Miguel Montero, por lo que esta vez su papel será meramente contemplativo (“Iré a ver a mis compañeras y a varias de mis amigas y rivales de México, Puerto Rico y Costa Rica que todavía están vigentes”).

Con el poco tiempo que ahora dispone para entrenar se disipan en el panorama las posibilidades de asistir a los Juegos Olímpicos “París 2024”, la última oportunidad para una atleta que, con su perdón, ya tiene 33 años a cuesta (la mayoría de las mujeres detestan que ese dato se ventile en público). Ese será uno de sus sueños truncados.

En el día a día Deisy también recibe ayuda de Carolina, su hermana mayor, y ex monarca de taekwondo en la categoría 62 kilos, título conquistado en los Juegos Nacionales “La Romana 2002”.

Carolina, que ahora está de turno, viene normalmente por dos semanas y cuando retorna al ensanche Bermúdez, de Santiago, donde reside la familia, es relevada por Hilda Silverio, la madre de ambas.

A pesar de la inestimable ayuda que recibe de Gaby, de su hermana y de su progenitora, admite que en ocasiones ha pensado tirar la toalla, pero sabe que eso no es opción.

“A veces las lágrimas brotan. Primero porque soy primeriza y llegan momentos que quiero colapsar”, confiesa Deisy, cuyo primer embarazo lo perdió a principios de 2022, pero de alguna manera fue recompensada con dos en el siguiente parto.

“Sufrí mucho. Ahora, cuando llegan esos momentos de desesperación respiro y digo: ́ "Si Dios me mandó 2 es porque entiende que yo puedo, que voy a buscar la forma y a tener la paciencia para sobrellevarlos y poder criarlos bien”, subraya.

Pero lejos de arrepentirse con la enorme tarea que el destino ha puesto sobre sus hombros, se siente feliz con sus mellizos y por ser tener de compañero a Gaby Mercedes, para muchos el mejor atleta olímpico nacido en el país, de quien fue fan, luego compañera de selección y hoy esposa y madre de dos de sus cinco hijos.

Por las dificultades para compatibilizar los papeles de atleta y madre, las metas y sueños olímpicos han quedado en un segundo plano. Su principal enfoque ahora es convertirse en una madre ejemplar, capaz de emular a doña Hilda, una ama de casa que se sobrepuso a las adversidades para, en compañía de Marcial Montes de Oca, un sastre y chofer, levantar dignamente el hogar.

“Sí, yo pienso que sí que lo seré. Tengo una buena referencia que es mi mamá”. La voz se quiebra y es sustituida por lágrimas a raudales que confirman el compromiso y dan por terminada la conversación.