fiebre de golf

US$: El nuevo patrón del golf

Cada día el mundo del deporte se ve sacudido por la elevada cantidad de dinero que reciben los jugadores en las diferentes disciplinas

Jon Rahm junto al CEO y Comisionado del LIV Golf, Greg Norman, tras el anuncio y firma del español con el tour que financia Arabia Saudita.

Jon Rahm junto al CEO y Comisionado del LIV Golf, Greg Norman, tras el anuncio y firma del español con el tour que financia Arabia Saudita.Fuente externa

Hola Fiebruses. El mundo del deporte se ve sacudido por la cantidad de dinero que circula entre jugadores, equipos, y agentes, todos cobijados bajo el manto del fanático que es quien al final paga los altos salarios de los atletas. Si, los fans somos los que financiamos el dinero que corre en el deporte profesional. Aunque usted vea un equipo o una gira pagando sumas astronómicas, realmente el público es quien carga con eso, pues quienes invierten ese dinero saben que terminaremos comprando las camisetas, la ropa, zapatos, palos, y artículos relacionados al deporte, y que consumiremos lo que esos atletas publicitan.

Como saben, la televisión tiene un rol preponderante en todo esto. Aunque el rival directo de la TV está en la palma de su mano, aun el celular no eclipsa el poder de la caja rectangular (antes cuadrada) de su hogar, aunque las marcas destinen grandes sumas de sus presupuestos a las redes sociales, influencers, y a comerciales diseñados para redes (Pop Ups). Esta semana el mundo del béisbol quedó impactado ante el anuncio de que el pitcher-bateador Shohei Ohtani había sido firmado por los Dodgers de los Angeles por la enorme suma de 700 millones de dólares por diez años. Luego se anunció que el japonés sólo percibiría 2 millones por año, y el público no entendía el movimiento. Pero recuerden que el propio Ohtani es una máquina de publicidad, y estoy seguro de que sus ingresos anuales por ese concepto serán por las nubes. Pero yendo a nuestro deporte, la otra noticia monetaria fue la firma del ex número tres del mundo, el español Jon Rahm, al LIV Golf. Aunque el propio Jon y el LIV han sido parcos en ofrecer la suma acordada (lo han sido con todos los que “se fueron”), se habla de que como mínimo le pagaron 350 millones de dólares (otros hablan de 600MM), y la oportunidad de hacer su propio equipo para competir en el LIV. Las ronchas que ha levantado el español se magnifican porque hace menos de un año ofreció una entrevista en la que dijo que lo que “hago con 100 millones lo puedo hacer con 400, que el dinero no es problema, y que por eso no veía su carrera en el LIV, por más dinero que le ofrecieran”. Muchos cuestionan la decisión de Rahm de dejar de lado su carrera promisoria en el PGA Tour, gira en la que estaba construyendo un legado. Pero piensen esto, amigos: los jugadores de golf NO tienen contratos firmados con equipos. No tienen nada seguro. Todo depende de ellos mismos. Con esto no estoy dando razón a Rahm, pero uno debe ponerse en sus pantalones. Los golfistas llegan a ser profesionales buscando una seguridad económica. Punto. Si a usted le ofrecen una suma grosera de dinero, cualquiera lo piensa. Lo que no me gusta es la ambivalencia y el cambio de parecer ante el público, para luego quedar como mentiroso y ambicioso. Si dice que no va a “cambiar de caballo”, no lo haga, pues si lo hace, queda mal ante sus seguidores. Que le espera a Rahm? Todo lo que había criticado: torneos por equipos, tres rondas, pantalones cortos, y cero puntos en el ranking, pero con una caja fuerte “full de verdes”. Así de simple.