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Ronel Blanco firmó a los 22 años por apenas 5 mil dólares
En su extenso proceso tras la búsqueda de su primer contrato, el hoy gran hombre del no-hitter, siempre estuvo bajo la sombra de Julio Rodríguez, quien era su compañero en la academia Quico Peña.
“Si tuvieras que buscar una palabra en el diccionario para definir a Ronel Blanco, esta sería perseverancia”.
De esta manera lo reveló Román Ocumarez, el scout que lo firmó en el 2016 cuando el hoy histórico lanzador de los Astros contaba ya con 22 años, ya muy distante de la exigente edad de los 16 que desde hace varias décadas impera en el sistema de firmas internacionales.
El hambre de alcanzar una firma para el profesionalismo lo había hecho cambiar varias veces de posición, a sus brazos, hombros y espalda se le agotaban las fuerzas de realizar tantos tryout y por si fuera poco uno de sus principales “amiguitos” durante el proceso tenía por nombre Julio Rodríguez, el hoy estelar de los Marineros, quien en su caso llegó al mundo con un talento de fábrica.
Pero como el anhelado bono se tornaba cada vez más distante, su hogar no era excepción de las tradicionales familias pobres dominicanas y Blanco conociendo que sus intentos eran especies de horas extras, tenía que ayudar con algo de dinero a su madre, María.
En su caso entrenaba como lanzador en las mañanas y entonces en las tardes laboraba en un car wash en su natal Santiago, pues tenía que hacer sus aportes.
Practicaba en el complejo del veterano entrenador Quico Peña y quien al mismo tiempo que al hoy hombre noticia de los Astros, entrenaba a Rodríguez, quien era dueño de casi el 100 por ciento de los flashes y reportes que proporcionaban los escuchas a sus equipos.
Ocumarez recuerda que un día determinado recibió una llamada de Peña, quien lo invitó a que observara el talento de Blanco a lo que atendió la petición y se dirigió a Santiago.
“Quico me llamó y me dijo que tiene un joven que está ya un poco adulto, pero que cuenta con muchas condiciones e invite al coordinador de los Astros en el Cibao, Francis Mojica para que lo fuéramos a ver juntos y de esta forma lo hicimos”, narra Ocumarez al Listín Diario.
Tras observarlo y entre los atributos que presentó estaba que presentó una recta que oscilaba entre 92-94 millas, contaba con slider, cambio, en particular lo que más me sorprendió fue que tiró bastante strike”, sostiene el escucha.
Blanco es invitado a tirar en el complejo en Guerra y en su segunda oportunidad presentó estaba incluso un poquito más fuertes, además de que tenía una facilidad para colocar las pelotas en las esquinas.
“Lo dejamos en la academia y ahí comenzó el proceso para la firma”, expuso.
Otro aspecto notable contado por el scouts es el aprecio y las buenas relaciones que en un tiempo efímero se ganó con el personal del complejo, desde los vigilantes, conserjes hasta los instructores del sistema de desarrollo.
Y en ese sentido recuerda, que el instructor de pitcheo, Ricardo Aponte le expresó que Blanco era una de las piezas más valiosas de los que había firmado, principalmente por el asunto de la educación. Mientras que el instructor del gimnasio resaltaba a cada momento que el santiagués era uno de los que más trabajaba.
“Lo firmamos por 5 mil dólares, solo jugó una vez en la Liga de Verano, cuando viajó a Estados Unidos fue peldaño por peldaño, no tenía el status de gran prospecto, pero comenzó a crecer poco a poco.
Cuando pactamos con él pensamos que sería un pitcher que vendría desde el bullpen, pero ha trabajado tanto y se ha hecho tan fuerte que se ha ganado la capacidad para iniciar partidos y ante la necesidad de lanzadores que tienen los Astros y el brillante entrenamiento que tuvo le ganaron un puesto en la rotación. “Mira como ha respondido”, externa.
El ganó un puesto en la rotación tras lanzar 5.0 entradas, abanicó a diez y la decisión del dirigente Joe Espada de colocarlo en la rotación se produjo el mismo día en que nació su segunda hija.
En solo unos cuantos días, Ronel Blanco ha cosechado sus principales éxitos en su corta estadía en la gran carpa.