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PRESENCIA DOMINICANA

Objetivo Difícil

Cuando estalló la huelga de jugadores de grandes ligas en agosto de 1994, Tony Gwynn tenía promedio de bateo de .394. Estaba en una racha en la que había disparado de hit en sus últimos seis partidos, totalizando en ese periodo doce incogibles en 27 turnos. En ese breve último mes, iniciado con porcentaje de .385, conectó para .475, 19 hit en cuarenta veces.

         

Fue esa la última ocasión en que hubo posibilidades de que alguien alcanzara un porcentaje de .400 en una campaña, dado el magistral dominio que tenía Gwynn para conectar inatrapables.

Lamentablemente el desenlace se ignoró debido al funesto acontecimiento, no ocurrió un final.

Anteriormente, en 1980 George Brett finalizó el certamen con promedio de .390, pero su caso es diferente al de Gwynn. 

Inició el año conectando para .259 en el primer mes, finalizando mayo en .301. En junio hizo explosión y había disparado 17 incogibles en 36 turnos (.472) cuando una lesión lo sacó de acción durante 27 juegos. 

Retornó el 10 de julio y en ese mes y el siguiente consiguió 94 inatrapables en 206 veces para un extraordinario porcentaje de .472. 

Eso causó que iniciara la etapa final de la campaña con un promedio de .403, provocando una excitante expectativa de que finalizara sobre la señalada especial cifra. 

No obstante, en ese periodo final su producción descendió violentamente cuando “apenas” alcanzó 24 hits en 74 turnos que se traducen en un porcentaje de .324, terminando en .390.

          

Lo indicado son dos ejemplos que evidencian lo difícil que es lograr batear para promedio de .400 en una campaña de liga mayor en la actualidad. 

Desde que Gwynn logró su porcentaje de .394 en la interrumpida temporada de 1994, el más alto porcentaje ha sido el de .379 conseguido por Larry Walker en 1999 con los Rockies en la liga Nacional y en la Americana el de .372 logrado por Nomar Garciaparra con los Medias Rojas en el 2000.

          

Con una admirable habilidad para hacer contacto y dirigir la bola por terreno de nadie, el venezolano Luis Arraez debe darse por satisfecho si logra superar uno de estos últimos promedios, aspirar a los .400 es quimérico.

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