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MUJERES DE GRANDES LIGAS

Hablamo después

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

Cuando evadimos mirarnos en el espejo de otros tenemos que cuestionarnos y preguntarnos ¿porqué? ¿Porqué me rehuso ver lo que otro ha recorrido? Los errores cometidos, los consejos no escuchados, los resultados obtenidos en cada decisión. Al ser humano no le gusta confrontar la realidad del “te lo dije” antes de que se lo digan; preferimos hacernos los locos, los sordos, los ciegos y los tontos.

En el deporte se da mucho esto, porque el deportista persigue el resultado prioritario de su rendimiento y todo lo demás es secundario a ello. Sin embargo, es tan necesario y prioritario el atender lo que se da fuera del juego tanto o más como lo que se da dentro.

Cuando actuamos ignorando, evadiendo, dando larga a lo que toca aprender en el momento, acumulamos lecciones y consejos que luego harán falta tenerlos. El atleta tiene que anticiparse a esto y escuchar atentamente para obedecer y no “pa salir de eso”; dejarse llevar de la urgencia, la euforia, la pasión del momento no es mas que meterse un cuchillo y dejarlo dentro; ese cuchillo puede matar lentamente y en silencio, y muchos ni lo sienten porque están muy ocupados en su rendimiento. Sin embargo, ese “déjalo pa después” “hablamos luego de eso” “ahora no” está allí cortando y obstruyendo lo que el deportista va alcanzando y obteniendo.

En medio de tantas ofertas, propuestas, bulla, distracción, el atleta tiene que desarrollar la frialdad de pausar y frenar. El juego exige que seas competitivo, rápido y furioso y fogoso, pero la vida no es un juego y amerita que seas sobrio, pausado, que no decidas en tu propio criterio u opinión, sino que busques dirección. Cuando no quieras escuchar, pregúntate ¿porqué? Cuando no quieras aprender, detente, siéntate y aprende. Cuando rehuses mirar lo que otro hizo mal, confróntate y presta atención aún más. El cultivar el “hablamo después” cuando es hora de escuchar y aprender, puede costar un precio tan alto, tan alto, que al final todo el esfuerzo y trabajo en el terreno de juego habrá sido en vano.

“Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden… Mateo 13:13-14 RVR1960