A TIRO DE HIT

Águilas Cibaeñas están en uno de sus mejores inicios del Siglo XXI

El miércoles, las Águilas Cibaeñas obtuvieron su victoria número 24 del actual torneo otoño-invernal. Así continuaron su extraordinario inicio, el cual va tomando ribetes históricos para la franquicia. Y es que 24 triunfos en los primeros 34 encuentros no es algo que vemos muy a menudo en la Liga Dominicana.

Si revisamos los equipos más exitosos en series regulares en el pasado reciente, nos encontramos con que los Toros del Este de 2019-20, que terminaron esa estación con marca de 34-16, ganaron 21 de sus primeros 34. Lo mismo ocurrió con las Estrellas de 2014-15 y las Águilas de 2012-13, equipos que obtuvieron 32 victorias en la etapa clasificatoria.

Los Tigres del Licey de 2005-06, igualmente ganadores de 32 juegos, ganaron 19 de sus primeros 34.

Así las cosas, debemos remontarnos a equipos de las Águilas de principios de este siglo para encontrar inicios comparables.

Tomando como punto de partida la temporada 2000-01, la primera que terminó en el siglo XXI y casualmente la primera de Félix Fermín como capataz del conjunto, nos encontramos con dos versiones de las Águilas que lograron arranques como el actual.

Precisamente en 2000-01, los 22 veces campeones nacionales tenían marca de 24-10 en un punto similar de la temporada. Luego repitieron la hazaña en 2002-03, culminando como campeones en ambas ocasiones.

Este tipo de comienzo era común en los equipos aguiluchos de la época. En 2001-02, iniciaron con 22-12 en los primeros 34, logrando ese mismo récord en 2003-04. Un año después, comenzaron con 23-11.

Ganar 30 partidos de serie regular se convirtió en frecuente ocurrencia durante esos años. Lograron por lo menos esa cantidad en 1996-97, 99-00, 2000-01, 2001-02, 2002-03 y 2004-05, asegurando su clasificación temprano en la serie regular.

Luego de cerca de dos décadas sin un arranque de esas dimensiones, el actual equipo dirigido por José Leger ha logrado una virtual clasificación cuando aún restan unas tres semanas de serie regular.

Ha sido el resultado de una sólida actuación del cuerpo monticular con equilibrio entre los abridores y el bullpen, excelente bateo situacional (promedio de .282 con hombres en posición de anotar, por mucho el mejor de la liga), corrido de bases agresivo y oportunista (47 bases robadas) y excelente química en el clubhouse.