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La rencilla de Paul Pierce y Kevin Garnett en contra de Ray Allen sigue viva diez años después

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Redacción DigitalSanto Domingo, RD

El pasado fin de semana la Liga Nacional de Baloncesto estadounidense (NBA, por sus siglas en inglés) festejaron el Juego de Estrellas, una tradición que mostró al mundo lo mejor que el deporte puede ofrecer.

Son tres días en los que las mayores figuras actuales del básquet se reúnen, un tema especialmente enfatizado este año, que marca el septuagésimo quinto aniversario de la NBA, puntualizado por una lista de los 75 mejores jugadores en la historia de la Liga.

Por tal razón, el Juego de Estrellas se tornó el foco principal de esta celebración, una que aglomeraría el pasado, presente y futuro del deporte en un solo lugar, donde los intercambios amistosos fueron interminables: Michael Jordan abrazando a Luka Doncic; la reunión del ‘Banana Boat Team’; Shaquille O’Neal y Magic Johnson platicando amistosamente.

Sin embargo, las cámaras captaron un momento particular.

Cuando se estaban preparando para la fotografía grupal de los 75 mejores, Ray Allen se acercaba a su posición, saludó a LeBron James, con quien ganó un campeonato vistiendo los colores del Heat de Miami, ignorando la presencia de sus excompañeros Kevin Garnett y Paul Pierce, quienes respondieron con el mismo trato.

Se trata de un pleito que tiene su génesis hace diez años, con la ruptura de una amistad y compañerismo que parecía inquebrantable.

Allen, Garnett y Pierce conformaron en 2007 el primer ‘Big 3’ de la era moderna de la NBA.

Pierce fue seleccionado en el sorteo de novatos de 1998 por los Celtics de Boston, donde fraguó una buena carrera individual, aunque con poco éxito en postemporada.

Allen fue adquirido luego de que el gerente general de los Celtics, Danny Ainge, pactó con los entonces Supersonics de Seattle, enviando a la quinta selección del draft de ese año (Jeff Green), Delonte West y Wally Szczerbiak a cambio del futuro miembro del Salón de la Fama.

Luego Ainge envió a los Timberwolves de Minnesota a Ryan Gomes, Gerald Green, Al Jefferson, Theo Ratliff y Sebastian Telfair, además de dos selecciones de primera ronda del sorteo del 2009 (que se convirtieron en Wayne Ellington y Jonny Flynn), por Garnett, completando así su tridente.

El impacto de este cambio se sintió inmediatamente, ya que en su primer año juntos ganaron el campeonato, el primero desde la época de Larry Bird y compañía, venciendo a sus acérrimos rivales Lakers de Los Ángeles.

Y aunque no lograron levantar otro Trofeo Larry O’Brien, el equipo mantuvo un buen récord, teniendo frecuentes viajes profundos en los playoffs e incluso lograron regresar a las Finales, esta vez perdiendo la revancha en contra de los Lakers.

La ruptura

Para la temporada del 2010-11 el paradigma de la NBA había cambiado: el Heat podía pregonar su propio ‘Big 3’, uno más joven y de mejores jugadores, compuesto por LeBron, Dwyane Wade y Chris Bosh; los Lakers, de la mano de Kobe Bryant, venía de ganar un par de campeonatos consecutivos, y los jóvenes del Thunder de Oklahoma estaban a punto de explotar.

De hecho, fue el trío de Miami quienes dieron la estocada final al de Boston, terminando de manera indirecta, y directa durante la temporada muerta que seguía, con ese grupo.

No obstante, los problemas habían iniciado mucho antes de esa derrota, según contó años después Allen.

En una entrevista en el programa de ESPN “First Take”, Allen aseguró que el plan original era que él, Pierce y Garnett se retiraran juntos en Boston, por lo que durante esa última temporada todos estaban buscando renovar contratos.

Pero, de acuerdo con Ray, la gerencia de los Celtics priorizaron las negociaciones con sus dos compañeros, lo que le hizo sentirse despreciado por la oferta que le hicieron.

“Quería un contrato y queríamos asegurar que todos nos retiráramos juntos… ellos firmaron a los demás y cuando llegó mi turno fue como ‘esto es lo que nos queda para ti’”, dijo.

Al final de esa temporada Allen, quien era agente libre, decidió subirse al tren del Heat, con un acuerdo de dos años y alrededor de 6 millones de dólares, ¿la oferta de Boston? 12 millones de dólares por dos años.

Todo esto fue una decisión de negocios para Allen, mas no así para Pierce, Garnett y el resto de los Celtics.

Para el décimo aniversario del campeonato del 2007-08, Allen fue dejado fuera de la lista de invitados. En cambio, cuando los Celtics retiraron el dorsal de Pierce en el TD Garden, Allen no estuvo presente.

En los últimos años las indirectas, los dimes y diretes entre ambos lados han sido constantes, con el capítulo del domingo siendo prueba de que la herida sigue abierta.