PRESENCIA DOMINICANA
Dominicanos en Serie Mundial
La representación dominicana en la actual Serie Mundial entre Astros y Bravos, está compuesta por los lanzadores Framber Valdez, Cristian Javier y Yimi García y el jardinero José Sirí, todos de los Astros. Es la vigésimo segunda ocasión consecutiva que por lo menos un criollo participa en el certamen culminante del mejor béisbol del mundo.
En el 2015 diez vieron acción con los Reales y los Mets, siendo los lanzadores Edison Volquez y Johnny Cueto piezas claves para que los Reales ganaran el evento cuatro a uno. Volquez inició dos de las victorias de los campeones logrando salidas de calidad y Cueto en su única presentación lanzó juego completo, el último que se ha alcanzado en estos clásicos. Completaron el grupo de los Reales Kelvin Herrera y el fenecido Yordano Ventura, asimismo lanzadores y Adalberto Mondesí que debutó en las mayores de esa manera. Por los Mets participaron el jardinero central Juan Lagares, los lanzadores Bartolo Colón, Jeurys Familia y Hansel Robles y Juan Uribe como bateador emergente.
La primera vez que dominicanos participaron en este certamen fue en 1962, todos con los Gigantes frente a los Yankees. Felipe Alou era jardinero derecho, Mateo Alou guardabosque y emergente y Juan Marichal lanzador que inició el cuarto partido en el Yankee Stadium.
Lamentablemente tuvo que abandonarlo en el quinto episodio al lesionarse al fallar un intento de toque en el que la bola golpeó uno de sus dedos. Había lanzado cuatro entradas sin que le anotaran y ganaba dos a cero. Los Yankees vencieron siete a tres al explotar el relevista Bobby Bolin y posiblemente la lesión de Marichal les costó a los Gigantes la victoria final; perdieron el evento tres por cuatro.
Un total de 121 dominicanos han estado en una Serie Mundial. El más destacado ha sido, sin dudas, David Ortiz. En tres series con los Medias Rojas entre el 2004 y el 2013, enseña una línea ofensiva de .455/.576/.795 en 14 juegos, siendo electo Jugador Más Valioso en 2013 cuando disparó para promedio de .688, estableciendo marca para un jugador con un mínimo de veinte apariciones al plato. En esas tres ocasiones se ciñeron la corona.