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FIEBRE DE GOLF

El TPC de Sawgrass es un campo único y mítico

El par 3 más famoso del mundo, el hoyo 17 del TPC Sawgrass, una obra maestra diseñada por el gran Pete Dye.

El par 3 más famoso del mundo, el hoyo 17 del TPC Sawgrass, una obra maestra diseñada por el gran Pete Dye.

Justin Thomas acaba de ganar el que muchos denominan “El Quinto Major”, The Players Championship, demostrando nervios de acero y garras de competidor. Pero 41 años atrás se empezó a escribir la historia del TPC Sawgrass. Muchos fanáticos del golf están familiarizados con la historia de cómo el comisionado del PGA Tour, Deane Beman, compró 415 acres (2,671 tareas, o 1,679,445 metros cuadrados) de “tierras pantanosas” pero densamente arboladas por la increíble suma de US$1.00, diamante en bruto que Pete Dye transformó en el hogar de The Players Championship.

Todo comenzó de una forma muy eclética. Es posible que no hubiera existido un club si no hubiera sido por los 30 miembros fundadores que pagaron 20.000 dólares para empezarlo. A cambio, obtuvieron una membresía de 40 años sin pagar cuotas, y la exoneración de pago por uso del carrito y bolas en el driving range por los primeros 20 años, membresía que podría ser transferida a un miembro de la familia e incluso venderse. Y lean bien: su dinero sería reembolsado en 2020. Para cualquiera, eso podría ser “el mejor negocio de tu vida”. Para muestra un botón: Truett Ewton de 89 años es el primer miembro del club, y se calcula que ha jugado allí más de 5,000 rondas.

Pero casi nadie lo quería cuando era un pantano. Hizo falta un acto de fe. El reconocimiento a esos pioneros esta inmortalizado en una placa colocada en la entrada de los lockers, una de las muchas formas en que el PGA Tour y el club reconocen a los fundadores, algunos de ellos todavía asiduos al club. “Lo que compraron fue un sueño”, dice Bob Dickson, ex profesional del Tour, encargado de vender las membresías originales del TPC. Cuando Beman propuso el proyecto del TPC a la junta del Tour en 1977, se entusiasmaron con su quijotesca búsqueda.

En aquellos días el Tour operaba con un presupuesto reducido. “Constrúyalo, pero no arriesgue los activos o el capital del Tour”, fue la respuesta de la junta directiva.

En ese contexto, Beman procedió, con la ayuda de Dickson, quien comenzó a vender membresías limitadas del TPC en 1979. Dickson llevó a los posibles miembros fundadores a visitar la propiedad usando botas de goma, y momentos después todos quedaron sumergidos en el barro hasta las rodillas, pero compraron la idea, y en total el Tour recaudó un millón de dólares de los primeros accionistas y líderes comunitarios. Los miembros fundadores proporcionaron el capital inicial que permitió al Tour obtener un préstamo de US$3MM a 30 años para desarrollar el club. Entre los que creyeron en el proyecto había un grupo de 12 jugadores que dieron vida al club en sus orígenes, “The Munchkins”, quienes llenaron de folclor el club y aun hoy día tienen reservadas de manera fija sus salidas originales.

Casi 20 años después de que los fundadores compraran sus membresías, el comisionado de esa época, Tim Finchem, llamó a los “Munchkins” activos (y vivos) a su oficina. Les agradeció su contribución, y les informó que, en reconocimiento a sus valiosos aportes, los próximos 20 años también serían gratuitos. ¿Quién habría creído que la mejor oferta de sus vidas iba a ser superada? Fuente: golfweek.com

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