Día de descanso fue estresante en el Tour
Fue un inusual día de descanso para los participantes del Tour de Francia. Luego de nueve tensas y agotadoras etapas que llevaron al pelotón de la Riviera a los Pirineos, con un paso intermedio por los Alpes, los ciclistas hubieran tenido el lunes una jornada normal de relajamiento con amigos y familiares.
Pero este año es distinto. Además de la rutina de recuperación, los 166 corredores que siguen en competencia debieron mantenerse dentro de su propia “burbuja”, con una espada de Damocles sobre ellos al someterse a pruebas de coronavirus que decidirán si siguen en la ronda gala.
“Es alarmante, pero tenemos que ser pacientes”, dijo el corredor francés Warren Barguil, acompañado por el colombiano Nairo Quintana, el líder del equipo Arkea-Samsic, durante una videoconferencia. “Nos encontraremos con nuestras familias en París el 20 de septiembre”.
Ambos ciclistas comparecieron ante la prensa con mascarillas cubriéndoles el rostro.
Los organizadores del Tour informaron que se analizarán 650 pruebas. Algunas fueron tomadas el domingo, con la mayoría del pelotón haciéndolo el lunes.
Bajo la amenaza de ser cancelado en un momento — más de 30.000 personas han muerto en Francia tras contraer el coronavirus— el Tour logró salir adelante tras ser reprogramado, de su tradicional fecha en julio al final del verano. Pero se ha tenido que cumplir un estricto protocolo sanitario, el cual incluye pruebas obligatorias.