Apelan a nostalgia, no dinero, para seducir a Messi

Un mural que retrata a un escuálido y pequeño Lionel Messi con la casaca de Newell’s Old Boys, descalzo y con una pelota, inspira a los casi 1.000 niños de la escuela infantil de este club argentino que sueñan con triunfar como él. Y después del portazo que pegó el astro argentino en Barcelona a principios de semana, hinchas y dirigentes del popular equipo de Rosario, su ciudad natal situada a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, se entusiasman con traerlo de regreso y disfrutarlo como no pudieron hacerlo. Con ese propósito, cientos de hinchas de Newell’s protagonizaron el jueves por la tarde una ruidosa y colorida caravana a bordo de vehículos desde el estadio “Marcelo Bielsa” hasta el Monumento a la Bandera, símbolo de esta ciudad a la vera del Río Paraná. Tras cinco meses sin fútbol por la pandemia del coronavirus, los fanáticos desempolvaron banderas y se pusieron la camiseta roja y negra. En el trayecto hicieron sonar fuerte las bocinas y prendieron bengalas. “Argentina entera quiere verte sonreír”, decía un cartel pegado en los vidrios de uno de los automóviles, decorado con globos rojos y negros. Saben que Newell’s no tiene los millones de los propietarios del Manchester City, el PSG o Inter de Milán, tres de los equipos que de acuerdo con distintos reportes lo pretenden. La estrategia apunta a tocarle el corazón de hincha “leproso” a Messi , de 33 años, y ayudarlo a saldar una cuenta pendiente: jugar en el fútbol argentino profesional, algo que no pudo hacer porque se fue a Europa con apenas 13 años. “La competencia con otros clubes no es económica ni deportiva, lo que tenemos para ofrecerle como club a Messi es reencontrase con lo más amateur de su formación. Y que lo haga en su ciudad”, dijo a The Associated Press el hincha Roberto Mensi, sentado en una grada de una de las canchas del complejo Malvinas, la escuela de fútbol infantil de Newell’s. En el predio de paredes pintadas de rojo y negro fueron filmados los ya famosos videos en los que Messi elude rivales de mayor contextura física en los partidos de siete contra siete jugadores de la llamada categoría “baby fútbol”. Pese a sus virtudes, el club argentino no quiso costearle a Messi el tratamiento hormonal de crecimiento. Su padre Jorge lo llevó a Barcelona y una prueba bastó para contratarlo. Si bien pasó más de la mitad de su vida en Cataluña, Messi regresa cada año a Rosario para la Navidad y ha manifestado públicamente que le gustaría jugar en Newell’s.

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