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Bajo el desamparo

Así están los árbitros y anotadores de béisbol, a quienes es muy mínimo el soporte que le ha llegado en esta díficil época del Covid 19.

Junior Zamora, dirigente mientras discute una regla en uno de los partidos de la DSL, rodeado de varios de los árbitros que laboran en el evento. CORTESÍA RAUL CALVO

Junior Zamora, dirigente mientras discute una regla en uno de los partidos de la DSL, rodeado de varios de los árbitros que laboran en el evento. CORTESÍA RAUL CALVO

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Pedro G. BriceñoSanto Domingo, RD

La zafra languidece de for­ma paulatina dejando a los jueces sin recoger su cosecha más productiva durante el año.

El Covid 19, que con dureza golpea a todos, ha provocado que los árbi­tros y anotadores que por tradición laboran en los torneos de la Dominican Summer League, muchos de ellos hayan tenido que cambiar el cantar bolas y strikes, así como guardar los aperos por dedicarse al concho y realizar otros ofi­cios fuera de su profesión.

Sí, el virus también le ha “tumbado el pulso” a la DSL, el más grande la­boratorio de peloteros ha­cia las Grandes Ligas y que por primera vez desde su apertura en 1985 ve como su campeonato presenta un receso forzado produc­to de las embestidas de es­te enemigo que ha tentado con la tranquilidad y vida cotidiana de la humani­dad.

Debido a esta pande­mia, un grupo de unos 120 árbitros y anotadores que laboran en los parti­dos de béisbol de esta en­tidad en la actualidad no cuentan con un trabajo fi­jo y han tenido que echar mano a cualquier oficio para poder subsistir junto a su familia.

Ninguno de ellos están inscritos en los diferentes programas de ayuda gu­bernamental y ni siquiera opciones para estar en la tómbola tuvieron.

“Muy mal que la están pasando, ya la mayoría ha agotado los pequeños re­cursos que quizás tenían ahorrado y tienen que buscárselas como pue­dan”, dijo apenado Orlan­do Díaz, presidente desde el 2007 de la entidad beis­bolera.

Para ellos ha sido una especie de golpe mortal, pues producto de sus la­bores en los partidos de la Dominican Summer Lea­gue muchos de ellos se lle­van hasta los 35 mil pesos quincenales a la sazón de ingresos por encuentros de 3,500 pesos diarios a los que laboran en el pentá­gono y 2,890 a los que tra­bajan en las demás bases, en tanto los anotadores ga­nan 2,800 pesos por cho­que.

Esto es un poco menos que los percibidos por los auxiliares de la Liga Domi­nicana de Béisbol, que de­vengan unos 3,900 pesos cuando laboran en el pentá­gono y 3,500 cuando lo ha­cen en las demás bases.

Un golpe mortal “Este virus ha golpeado muy duro a todos y muchos de nuestra clase ha tenido que hacer cualquier oficio en el marco de la decencia para poder seguir adelante, pues en estos momentos no pueden trabajar en softbol, ni en ninguno de los progra­mas en los cuales con fre­cuencia lo hacen”, explica Díaz.

Algunas ayudas muy es­casas provinieron de Visió­nMundial, el movimiento que dirige Alberto Rodrí­guez y Rolando Reyes.

Santos Silvestre, vetera­no árbitro con 22 años en la DSL y 17 que permaneció en Lidom, posee el rango de teniente de la Policía Nacio­nal, tiene un pequeño nego­cio de puertas y ventanas, además de recibir el sopor­te de varios de sus hijos que ya son profesionales, quizás no sienta tanto el peso de la escasez económica, pero Félix Leguisamo, Benedic­to de los Santos, Pablo Cas­tro tuvieron que guardar los aperos y dedicarse al con­cho.

Sucre Reyes, anotador de varios años, no lo pensó dos veces y aceptó la invita­ción de un amigo para labo­rar como vendedor en una tienda de respuestos, oficio que ha venido a suplir la fal­ta de labores como anota­dor. De catastrófico externó Eliu Reyes, veterano anota­dor la situación existente, mientras que Félix Tejeda, auxiliar también de exten­sa trayectoria sostuvo que ha sido devastador y que la clase ha sido sumamente golpeada.

En el caso de Tejeda, sus 20 años como árbitro en la Liga de Béisbol y unos 18 en que laboró en la DSL le per­mitió tener unos pequeños ahorros, empero estos du­rante la pandemia se ha ido agotando.

Tejeda es un sargento mayor pensionado de la Ar­mada Dominicana que en la actualidad se sostiene de su pensión y lo que ha podido guardar de su único trabajo.

Israel Romero, residen­te en San Pedro de Macorís sostiene que la situación ha estado tan crítica que en par de ocasiones tuvo que mo­verse desde esa provincia hasta la localidad de Punta en que está ubicado el esta­dio de Epifanio Guerrero.

Nos mencionan solo por algo Mal Jugadas. Tejeda, sus 20 años co­mo árbitro en Lidom y unos 18 en que laboró en la DSL expresa que muchas personas solo se acuerdan de la existen­cia de los árbitros cuan­do cantan una jugada que no les favorece, es decir siempre es por al­go mal.

De SPM a Sierra Prieta Tuvo que trasladarse ha­ce unas semansa Israel Romero para laborar co­mo auxiliar en un parti­do, pues no podía dejar escapar los chelitos.