DEPORTES
Ligas menores tendrán un panorama diferente por la pandemia
Las principales ligas de basquetbol, béisbol, fútbol americano, hockey sobre hielo y fútbol hacen lo posible para realizar partidos en medio de la pandemia. Para las ligas menores de esos y otros deportes, una reanudación tardará mucho más en llegar.
Mientras que la NBA, las Grandes Ligas, la NFL, la NHL o la MLS pueden arreglárselas gracias a los ingresos por televisión, para las organizaciones menores es prácticamente imposible sobrevivir con estadios vacíos.
La posibilidad de que no se realicen partidos en 2020 ha puesto en jaque a algunos equipos y ha cambiado el panorama de los deportes que dependen de que haya fanáticos en el graderío, durante el corto y mediano plazo.
“No hay futuro para las ligas menores del deporte con estadios vacíos, cero”, recalcó Grady Green, dueño de equipos de béisbol en la Triple A y la Doble A, así como de una franquicia de expansión en la la liga de fútbol USL, en un suburbio de Omaha, Nebraska. “Si algunos de los equipos no tienen dueños o grupos de propietarios con mucho dinero, no sé cómo van a pagar sus cuentas.
Esa pregunta es la principal que enfrentan el béisbol de las ligas menores, la Liga Americana de Hockey, la USL, la EHL y otras organizaciones. Las ligas menores forman parte del panorama deportivo en Estados Unidos y Canadá, como desarrolladoras de talento para las mayores y como espectáculos deportivos asequibles y agradables para las familias en localidades grandes y pequeñas.
Las opiniones de los expertos están divididas acerca de cómo sobrevivirán estas ligas y cuánto tardarían en recuperarse.
El comisionado del béisbol de las Grandes Ligas, Rob Manfred, estimó una pérdida de 40% en los ingresos si el béisbol se juega sin fanáticos. Irwin Kishner, copresidente del despacho legal especializado en el deporte Herrick Feinstein, calculó que el impacto sería dos veces mayor para las ligas menores.
Como están las cosas, Green no espera béisbol de ligas menores en este año. La ECHL y la AHL cancelaron ya el resto de sus campañas de hockey sobre hielo.
Los planes para 2020-21 incluyen la ominosa posibilidad de jugar en recintos parcial o totalmente vacíos.
“Hay un millón de preguntas que requieren respuestas”, comentó Nathan Paetsch, jugador de las ligas menores de hockey. “¿Cómo será la próxima temporada? ¿Cuál es la probabilidad de comenzarla? ¿Qué tipo de temporada será? ¿Habrá o no fanáticos? ¿Durará lo mismo que las otras?”.
Andrew Zimbalist, profesor de economía del Smith College, coincidió con Green en que el tipo de propietario que tenga cada equipo determinará si éste sobrevivirá.
Resaltó el segundo intento fallido por crear la liga de fútbol americano XFL como una historia que debe servir de advertencia.
“Pienso que algunas de las ligas más jóvenes que hay son realmente frágiles”, consideró Zimbalist. “Sospecho que vamos a ver muchas organizaciones y algunas ligas que se van a la quiebra”.
Había ya 40 equipos de béisbol de las menores que estaban por perder su afiliación a las Grandes Ligas, antes de la pandemia, debido a un plan de reestructuración.
Más allá de esos equipos, Rodney Paul, profesor de análisis deportivo en la Universidad de Syracuse, está preocupado por el estatus de otros, a medida que continúa la crisis. Comentó que podría haber una redistribución de equipos en múltiples deportes de Estados Unidos y Canadá.
Y quizá, las ligas se reducirán.
“Tal vez sea el mismo número de equipos, pero en diferentes ciudades, con base en la forma en que las cosas hayan cambiado con el tiempo”, dijo Paul. “Algunas de esas áreas que no puedan costear ese nivel de equipo, por su cambio poblacional o de ingresos en el área, podrían experimentar una mudanza. Pero supongo que mientras más dure esto, menos equipos en total tendremos en las ligas menores”.
Ello preocupa a Larry Landon, director general de la Asociación de Jugadores Profesionales de Hockey sobre Hielo. Se perderán empleos ante la reducción de equipos, y jugadores como Cameron Gaunce podrían verse en problemas para pagar las cuentas.
“Pienso que sería ingenuo no preocuparse por esto”, comentó Gaunce. “Me aseguraré de planificar con la anticipación suficiente y tendré un plan de contingencia, ya sea consiguiendo algo para complementar mis ingresos o jugando en alguna liga que continúe”.
En otros lugares, las ligas profesionales seguirían funcionando. Ello proporcionaría otras oportunidades a jugadores de béisbol, fútbol o hockey que no estén en la elite.
Los prospectos extranjeros podrían quedarse más tiempo en sus países antes de llegar a Estados Unidos.
O quizá las ligas menores descubran diferentes formas de ganar dinero. Kishner sugirió apariciones de las mascotas, los entrenadores o los jugadores en diversos eventos, o bien la venta de espacio para publicidad frente a los estadios y arenas.
Paul apuntó a posibilidades con las apuestas o los juegos de “fantasy”, como potenciales fuentes de ingresos.
Incluso si se levantaran las medidas de cuarentena, ello no bastaría para que el público se lance a aglomerarse en los estadios o arenas a fin de ver un encuentro de ligas menores. Persistiría la precaución, y habrá que ver cuántos espectadores se encuentran en una buena situación económica.
“Van a necesitarse varios años para salir de todo esto, en mi opinión. Y aunque ese ajuste y esa recuperación van a ocurrir... habrá mayores índices de desempleo, menores ingresos, y la gente va a cuidar cómo gasta el dinero que le quede para diversiones”, dijo Zimbalist. “Así que no espero que las ligas comiencen a florecer otra vez durante varios años”.
Paul, cuyos padres compraron boletos para toda la temporada de las Tortugas de Daytona, un equipo de béisbol de la Clase A, es más optimista sobre el futuro cercano. Menciona que los boletos son asequibles, y que estos deportes aportan un valor a la comunidad.
“Este tipo de experiencias de entretenimiento representan algo que echamos de menos”, indicó. “Ojalá que no se destruya esto a largo plazo o para siempre”.