El gran Danilo Rivas (I)

El sábado 4 del presente mes falle­ció en Nueva York a los 85 años, Danilo Rivas, uno de los mejores lanzadores en la historia de la pe­lota dominicana. Rivas tuvo una carrera brillante, preñada de hazañas impre­sionantes y en cuanto a números, sólo es su­perado por Guayubín Olivo, entre todos los serpentineros zurdos que han actuado en el béisbol otoño-invernal criollo. En total, lan­zó en 14 campañas, entre 1957 y 1977, en 12 de ellas con los Leones del Escogido y en las últimas dos de manera muy breve con las Estrellas y las Águilas. Su récord de por vida fue de 52-36, con una efectividad de 2.90, 6 blanqueadas y 30 juegos completos. En 89 partidos como abridor tra­bajó en 733.1 entradas, per­mitiendo 684 hits y 236 ca­rreras limpias, ponchó a 475 bateadores y transfirió a 309. Registró su mejor ac­tuación en la estación 1960-61, cuando compiló foja de 13-5 y efec­tividad de 2.58. En esa campaña Realizó 20 aperturas, completó 12 juegos y en 150 epi­sodios aceptó 126 hits y 43 vueltas mereci­das, caminó a 64 y abanicó 141. En esa cam­paña impuso nuevas marcas para el béisbol dominicano de partidos comenzados, jue­gos completos y victorias, que siguen vigen­tes, las dos primeras para un lanzador nati­vo o importado y la tercera, para un pitcher dominicano. El 20 de diciembre de 1960, en un partido celebrado en el entonces estadio Trujillo, hoy Quisqueya, frente al Licey, Rivas ponchó a 16 bateadores. Este total de pon­ches se mantiene como récord vigente en el béisbol criollo para un partido de 9 entradas. En ese mismo encuentro, logró abanicar a 7 hombres en forma consecutiva, imponiendo una marca, que perdura como marca para un pitcher nativo, y que más adelante fue iguala por los importados Earl Francis, de las Águi­las, en 1964 y James Rodney Richard, de las Estrellas, en 1975. En el período 1960-64, en que se sólo se celebraron 3 torneos, por la si­tuación política y social reinante en el país, Rivas tuvo marca de 28-13 y efectividad de 2.46. Ese total de victorias en 3 campañas consecutivas no tiene parangón en los anales de la pelota criolla. En ese lapso, inició 45 jue­gos, completó 21 y en 336 innings, toleró 295 hits y 92 carreras limpias, con 142 boletos y 270 ponches.