Reportaje
María Dimitrova: El rol de sus padres, clave en su éxito
El amor de madre ha influido mucho en el éxito de la carrera deportiva de María Dimitrova, pero el respaldo de su padre ha sido determinante en sus logros.
Dimitrova, hija única del matrimonio formado por Maya Ivanova y Valeri Dimitrov, inmigrantes búlgaros que se instalaron en Puerto Plata, ha abrazado el karate para toda la vida.
“El karate me ha ayudado a crecer y desarrollarme como persona”, afirma la mejor atleta de la modalidad kata que ha dado el karate dominicano. Su padre Dimitrov, fue la persona que la indujo desde su infancia en este deporte de artes marciales.
Ese deporte ha influido tanto como su madre Maya en la formación de Dimitrova como persona. ”Me ha enseñado que hay que ser luchadora y en los momentos más difíciles he aprendido a empujar y sacar la cabeza, seguir trabajando para lograr mis metas”, dice con determinación Dimitrova, quien ha ganado medalla de oro en las últimas cuatro ediciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
La también medallista mundial y máxima exponente de la especialidad “kata” del karate dominicano, afirma que se siente realizada en el deporte, pero aun así sigue trabajando en el deporte. “Creo que sí, que he hecho una gran carrera como deportista y para mi país”.
Considera que ha hecho historia para el karate y “espero que la próxima generación pueda lograr igual o más que lo que he obtenido”.
La multiganadora del premio Atleta del Año del karate dominicano cita el papel que han jugado sus padres, especialmente su madre Maya. “Mi mamá siempre me ha apoyado, aunque la mayoría de las madres no les gusta que sus hijos practiquen karate, sin embargo, yo he sentido siempre ese apoyo que me ha ayudado mucho en los triunfos que he alcanzado”.
Además de la educación en el hogar, el karate aporta muchos valores, cita como ejemplo la disciplina, el autocontrol, la superación, explica Dimitrova, graduada de Administración de Empresas en la universidad norteamericana de Grantham.
Influencia materna Su madre Maya habla del papel que junto a su esposo ha jugado en la carrera deportiva de Dimitrova. “Mi esposo y yo siempre hemos estado detrás de ella, apoyándola”.
Maya, una profesora de química y física del colegio Carol Morgan, está convencida de que el karate es más que un deporte. “Para mí es más que un deporte, “es una forma de vivir, le ha dado muchos valores, mucha disciplina, autocontrol
“Hemos notado que ella saca una lesión de sus triunfos y derrotas”, aunque solo se habla de las victorias y nunca de las derrotas, refiere Maya.
Su madre habla de las ausencias de Dimitrova cuando esta tiene que salir del hogar a competencias internacionales. “Cuentos los días, las horas, minutos y segundos, porque no solo ciento soledad, sino el calor de tenerla a mi lado”.
Cuando está ausente en competencias fuera del país la extraña mucho. Cuando tiene que irse a una competencia “mi consejo siempre es que saque el lado bueno de cada uno de los eventos”.
Su padre Dimitrov, un empresario del área de la seguridad y propietario de una fábrica de cigarros, fue la persona que la introdujo a la práctica del karate.
Cuenta que su padre tenía una escuela en Puerto Plata y desde muy temprana edad y “empujada” por su padre siguió en el karate, a pesar de que practicaba el canto, la televisión.
A pesar de todo, Dimitrova afirma que la elección por el karate fue ella quien la tomó y no se arrepiente, “porque me ha ayudado mucho a no ponerme límites en lo que me propongo”.
El hogar El hogar es de tres, sus padres y ella, pero tienen otra compañera, Dushka, una mascota que ha paseado el mundo a través de las redes.
A pesar de los muchos años residiendo en el país (desde 1991), en la casa se mantiene mucho la tradición búlgara.
Como entretenimiento la familia se sienta a ver el fútbol europeo, comparte momentos en el hogar y también les gustas esquiar. Los alimentos son de tradición búlgara.
Como madre, Maya recomienda la práctica del deporte porque desarrolla valores, forma personas con valores y disciplina.
Mucha gente en Bulgaria sigue mi carrera, se sienten indenficada con María Dimitrova.
El fin de su carrera La carrera atlética de Dimitrova está llegando a su final luego de 27 años de actividad. En la actualidad es atleta, instructora y empresaria.
Lo único que podría prolongar su carrera atlética es si logra clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Está enfocada en ampliar el abanico de escuelas que tienen el sello de su nombre: Dimitrovadojo.
En septiembre cinco nuevas escuelas para sumar ocho a nivel nacional. Tres de esas nuevas escuelas serán en el Este, otra en Bonao y una en La Vega.
También regentea una academia principal y un albergue para ofrecer entrenamientos a atletas internacionales y trabaja mano a mano con la Federación Dominicana de Karate.
En enero inició un nuevo proyecto dirigido a adolescente de entre 10 y 18 años, para a través del karate prepararlas en valores. Son niñas provenientes principalmente de escuelas públicas, según cuenta.
María Dimitrova, cinta negra, ha ganado fama, respeto y cariño de la familia deportiva nacional e internacional, gracias al modelo de persona que ha exhibido durante toda su carrera.
OPINION “Todo el amor y cariño lo hemos puesto en ella” MAYA IVANOVA Madre de María Dimitrova María Dimitrova es la gran consentida del matrimonio entre Maya Ivanova y Valeri Dimitrov, por ser hija única. En ella han puesto todo su cariño y empeño para impulsarla tan lejos como sus condiciones de atleta y ciudadana le permitan.
Dimitrova ha sido exitosa en lo deportivo y por ello ha ganado múltiples premios que les han validado su condición de “atleta élite” de República Dominicana.
Ivanova afirma que “todo el cariño y amor” lo tienen depositado en María. “Por eso nuestro apoyo irrestricto a todos sus planes y propósitos”, dice la educadora del Colegio Carol Morgan.
En el hogar ambos padres comparten muy agusto con Dimitrova esos momentos libres.
También suelen irse, como familia, de vacaciones al extranjero, especialmente a su país natal, Bulgaria, otras veces se van a esquiar a las heladas montañas de Canadá durante el invierno.