Programas deportivos

En los programas de gobierno que los políticos dominicanos presentan al electorado cuando se postulan para cualquier cargo, exponen sus planes en los sectores salud, educación, seguridad, empleo, transporte, etcétera, pero pocos o ninguno se refieren al aspecto deportivo.

Eso ha sido siempre así, salvo contadas excepciones y a lo más que han llegado los candidatos, es integrar a sus proyectos a un grupo de atletas sobresalientes, activos o retirados, para que estos se encarguen de atraer el voto de fanáticos y seguidores del deporte.

A veces también celebran una que otra actividad deportiva, pero de ahí no pasan, lamentablemente.

Sin embargo, una verdadera campaña basada en la elaboración de un programa que plantee soluciones a los innumerables problemas que enfrenta el deporte nacional, nunca ha estado entre las prioridades de los aspirantes a cargos electivos.

Eso, a pesar de la incidencia del deporte en la salud física y mental de los ciudadanos, en la paz social, e incluso en la promoción internacional de nuestro país.

No parecen darse cuenta que el interés de la gente por las actividades deportivas es enorme y que nada une más a un pueblo que las hazañas y logros de sus atletas.

El país necesita saber qué pretenden hacer los candidatos en materia deportiva de salir electos y hay que exigirles que den a conocer sus propuestas en ese sentido, haciéndoles saber que también de esa forma pueden conseguir que se vote por ellos.

De seguro que eso traerá una mayor atención sobre las actividades deportivas y que tengamos un mayor respaldo gubernamental en el deporte y la recreación, y una Ley General del Deporte acorde con los tiempos que vivimos. En ese sentido, no podemos seguir desarrollando y fomentado el deporte dominicano con menos de un 1% del presupuesto general de la nación. No se puede seguir ignorando un renglón tanta relevancia y a un segmento de la población tan numeroso.

La realidad es que el deporte sigue sin ocupar el sitial que se merece en la clase política nacional y peor aún, los candidatos no están capitalizando un amplio sector del electorado que puede ser decisivo en sus aspiraciones.