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TRIBUNA ABIERTA

Opinión de Manuel Luna, director ejecutivo de CRESO

Manuel Luna

Manuel Luna

Los Bolivarianos nos demuestran que comenzamos con pie derecho el Ciclo Olímpico.

45 de las 68 medallas se obtuvieron en deportes en los que invierte CRESO.

Cuando el sector público decide trabajar de la mano junto al Comité Olímpico Dominicano y al sector privado, es de esperarse que los resultados se comiencen a notar. Y ya lo empezamos a ver rápidamente con el medallero de Santa Marta 2017.

Con una delegación de casi 50 atletas menos que en los Juegos bolivarianos de Perú en 2013, la República Dominicana consiguió la misma cantidad de medallas de oro en la recién finalizada edición de Colombia, y mejoró la proporción de cantidad de atletas por medallas, lo que indica que el Ciclo Olímpico arranca con buenas perspectivas de cara a Tokio 2020.

En 2013 con una delegación de 232 atletas, el país ganó 18 medallas de oro, 17 de plata y 44 de bronce para un total de 79 medallas, lo que da una relación de 2.93 atletas por cada medalla. Ahora mejoró ya que con sólo 184 atletas se ganaron las mismas 18 medallas de oro, 16 de plata y y 34 de bronce para un total de 68 y una relación de 2.7 atletas por medalla.

Para Creando Sueños Olímpicos el resultado es sumamente satisfactorio porque de las 68 medallas, 45 fueron obtenidas en los deportes en los que invierte el programa CRESO. Esto también representa una mejora sustancial con respecto a 2013 a pesar de que no fue el equipo de levantamiento de pesas y que los equipos de atletismo y taekwondo fueron con delegaciones reducidas, lo que hubiera podido mejorar aún más la posición del país en el medallero.

Las actuaciones de los deportes de combate nos dejaron muy bien posicionados: 12 medallas en lucha, 8 en boxeo, 6 en judo, 5 en karate y 3 en taekwondo, para un total de 34 medallas en los deportes de combate debe ser un indicativo de por donde tienen que ir los esfuerzos de CRESO-MIDEREC-COD hacia Tokio 2020, ya que una inversión estratégica en estas disciplinas debe aumentar las posibilidades de medallas en la cita deportiva más importante del mundo dentro de 3 años.

Además, estos Juegos Bolivarianos deben de marcar un referente en materia de trabajo en equipo. La coordinación y esfuerzo que hubo entre el jefe de misión, cuerpo técnico y demás colaboradores de la delegación fue loable, a pesar de las fallas de organización que tuvo Santa Marta 2017, donde en medio de los Juegos se cambiaron fechas de competencias, horarios, transportes, alojamientos, etcétera, haciendo que el trabajo de la misión fuera todo un reto.

Santa marta cierra el telón y desde ya hay que prepararse para Barranquilla 2018, donde esperamos seguir con esta armonía que arropa a atletas, federaciones, movimiento olímpico, Estado y sector privado. Y así es como debe ser porque todos los que queremos es que República Dominicana se destaque en las competencias internacionales en las que participamos.

Estos bolivarianos deben servir de ánimo para seguir trabajando ahora con más ilusión hacia la gran meta que son los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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