¡Que termine ya ese viacrucis!
El río Higüero, de La Cuaba, en Pedro Brand, se ha convertido en un símbolo de alto riesgo para la vida de niños y adultos de esa comunidad.
Cada día, decenas de niños, con edades que oscilan entre los 3 y los 15 años, enfrentan un peligroso ritual: cruzar el río para asistir a la escuela básica Facundo Lavatta.
Con sus mochilas al hombro y sus zapatos en mano, estos pequeños caminan sobre piedras resbaladizas, improvisando un camino que les permita llegar al otro lado.
Este viacrucis diario no solo pone en riesgo sus vidas, sino que también evidencia la falta de voluntad política para garantizar un derecho fundamental: el acceso a una educación digna y segura.
La situación es alarmante. De los 135 niños inscritos en el año lectivo 2024-2025, solo cinco familias residen en la sección El Limón, donde se encuentra la escuela.
El resto de los estudiantes, junto a los 11 maestros que imparten clases, deben cruzar el río dos veces al día.
Las condiciones climáticas agravan el problema, ya que cuando llueve, el río crece rápidamente, obligando a suspender las clases y dejando a los niños y docentes varados.
A menudo, los padres corren despavoridos ante la amenaza de lluvia, temiendo que sus hijos no puedan regresar a casa.
Este escenario no es nuevo.
Hace más de tres meses, los comunitarios denunciaron la situación a través de “Listín en el Barrio”, exigiendo la construcción de un puente que conecte ambas orillas del río.
Sin embargo, el clamor parece haber caído en oídos sordos.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) no ha dado señales concretas de acción.
El Gobierno tiene la obligación de actuar con urgencia y cambiar esta bochornosa realidad.
¡Que el viacrucis de estos niños termine hoy!