¡Pobres bomberos, pobre país!
Si el abandono de los cuerpos de bomberos no se tradujera en un peligro mortal para la ciudadanía, podría verse como una de tantas vergonzosas deficiencias de la administración pública.
Pero aquí estamos hablando de vidas humanas en riesgo por la desidia estatal y municipal.
Los datos recogidos por el Listín Diario sobre distintos cuerpos de bomberos, no solo revelan la precariedad extrema en la que operan, sino que también retratan la insensibilidad de las autoridades frente a un servicio esencial.
Camiones inservibles,equipos donados y caducados, instalaciones ruinosas y sueldos de miseria conforman la realidad de quienes, en teoría, deberían ser la primera línea de defensa ante incendios y emergencias.
¿Cómo es posible que en un país donde el gasto público crece año tras año, donde se erigen plazas y monumentos millonarios, los bomberos sigan dependiendo de la caridad internacional para conseguir uniformes y herramientas?
¿Acaso la vida de los ciudadanos vale tan poco como para que sus rescatistas deban mendigar equipos que ya han sido desechados en otros países?
Los casos de Ocoa, Barahona y Manabao son ilustrativos: bomberos que ganan menos de 5,000 pesos mensuales, camiones con décadas en uso y falta de materiales básicos.
La ausencia de camiones, la falta de fondos y la inacción de los ayuntamientos colocan a los cuerpos de bomberos en la lista de instituciones condenadas al fracaso por abandono estatal.
En sentido general , los bomberos están trabajando con lo que pueden y no con lo que deberían tener.
Sin una política integral de financiamiento y modernización de los cuerpos de bomberos, las tragedias continuarán y los responsables seguirán evadiendo sus culpas.
Es hora de que el Gobierno central y los ayuntamientos dejen de mirar a otro lado.
No se puede seguir improvisando con un servicio que representa la diferencia entre la vida y la muerte.
