La mató una injusticia
Doña Eladia María Mercedes, de 87 años, falleció sin que el Estado honrase el pago de RD$85 millones por los terrenos que expropiaron a su familia muchos años atrás.
En esos terrenos se construyó el Aeropuerto Internacional de Las Américas.
La empresa que lo opera avanzó incluso unos 700 millones de dólares al gobierno el año pasado, para lograr una extensión de su contrato operacional.
Sin embargo, no pudo destinarse la suma adeudada a esta luchadora, que dedicó sus últimos años a exigir lo que por derecho le correspondía.
Con esa injusticia, doña Eladia se convirtió en una víctima más del abuso de poder y la negligencia estatal.
Como ella, otros dominicanos han sufrido la expropiación de sus patrimonios declarados de “interés público” sin recibir la compensación prometida, lo que es una burla a la legalidad y a la dignidad humana.
Lo más indignante es que, aun con una sentencia favorable desde 2021, el gobierno continuó postergando el cumplimiento de esta obligación, incluso sugiriendo que sería pagada en 2026.
¿Qué justicia puede esperar una mujer de avanzada edad en un sistema que le niega lo básico: el respeto a sus derechos?
Su caso desnuda la grave falta de sensibilidad y el desprecio por el estado de derecho que caracteriza a nuestras instituciones.
La deuda que el Estado no pagó a Eladia Mercedes es mucho más que una cuestión económica; es una deuda moral con ella y con todos aquellos que han sido víctimas de este patrón de abuso.
Es una deuda con una sociedad que reclama un gobierno transparente, eficiente y justo, capaz de cumplir con las decisiones judiciales y con sus propias promesas.