Peajes y paso rápido
Ahora que se estandarizan las tarifas de algunos de los peajes en 100 pesos, es momento de acompañar este ajuste con otras medidas complementarias para minimizar su impacto inicial en los bolsillos de los usuarios.
Creemos que una de esas soluciones prácticas es que el Gobierno ofrezca a los usuarios frecuentes, debidamente registrado por los sindicatos de vehículos de transporte de pasajeros y cargas, un bono inicial de 1,000 en tarjetas de pase rápido.
Este incentivo no sólo aliviaría la carga económica de los usuarios diarios, sino que además promovería la adopción masiva de esta tecnología.
El uso generalizado del pase rápido podría resolver uno de los mayores problemas actuales en los peajes: los largos y angustiosos tapones de vehículos que se forman debido a los pagos en efectivo.
De ese modo se reducirían los tiempos de espera y los costos asociados al consumo de combustible.
Además, sería un primer paso hacia la transformación tecnológica del sistema de tránsito y transporte del país.
La implementación de sistemas como las multas electrónicas por infracciones de tránsito también debe priorizarse.
El Gobierno tiene una oportunidad única para aprovechar el aumento de las tarifas de los peajes como catalizador de una modernización integral.
Ahora bien, como siempre se ha alegado que los aumentos de tarifas son para arreglar carreteras, las autoridades deben garantizar que estos ajustes no sean percibidos como una carga adicional para los conductores, sino como una puerta abierta hacia un modelo más avanzado y justo.