Un año de contrastes
El 2024 ha sido un año marcado por profundas contradicciones.
A nivel global, el panorama ha sido sombrío, con conflictos bélicos en Oriente Medio, tragedias naturales de gran magnitud y una intensificación de los flujos migratorios que han desbordado ciudades en Europa y Estados Unidos.
La humanidad ha sido testigo de la fragilidad de su entorno y de los límites de su capacidad para resolver crisis acumuladas.
En nuestro país no estuvimos ajenos a los embates de tormentas tropicales y al deterioro de nuestra convivencia cívica.
Hubo aumento de la delincuencia y las violaciones sistemáticas de leyes y normas, pero aun con estos lastres podemos cerrar el año destacando logros significativos.
Nuestra economía ha crecido un 5%, el mayor índice de la región según la CEPAL, impulsada en gran medida por el dinamismo del turismo y otros sectores productivos.
Este crecimiento se da pese al contexto de inestabilidad política y social en países vecinos, como Haití, lo que subraya aún más la importancia de mantener el nivel de paz y orden que ha prevalecido.
A pesar de las dificultades, el país ha demostrado que con planificación, esfuerzo colectivo y políticas públicas acertadas es posible avanzar en medio de un entorno global adverso.
Sin embargo, no podemos dormirnos en nuestros laureles.
Los desafíos son muchos: fortalecer el respeto a las normas, combatir la inseguridad, mejorar la calidad de vida de nuestra población más vulnerable y proteger nuestro entorno frente a los fenómenos naturales cada vez más intensos.
Es momento de redoblar esfuerzos, de fortalecer los valores cívicos, de ser responsables con nuestro entorno y de trabajar juntos para construir un país que siga siendo un modelo de progreso y estabilidad en la región.
¡Que el 2025 sea mucho mejor para todos!