Un tiempo para la concordia
Al celebrar hoy la Natividad del Hijo de Dios, la conmemoración más importante del mundo cristiano, llamamos a todos los dominicanos a reflexionar sobre la esencia de esta festividad: el amor, la paz y la unidad.
La Navidad nos invita a abrir nuestros corazones y a dejar de lado, aunque sea momentáneamente, las diferencias y los conflictos que nos dividen, ya sean de índole política, social o personal.
Nuestro país ha estado sometido este año a enormes tensiones.
Dos procesos electorales han polarizado las pasiones, la delincuencia ha sembrado temor en las calles, el caos del tránsito ha desafiado nuestra paciencia, y los accidentes han dejado cicatrices en muchas familias.
A pesar de estos retos, hoy tenemos la oportunidad de hacer una pausa y propiciar un espacio para la reconciliación y la concordia social.
La cena de Nochebuena y el tiempo de Navidad deben ser momentos para fortalecer los lazos familiares, para abrazar a los seres queridos y compartir con ellos no solo alimentos, sino también esperanza y buenos deseos.
En un mundo cada vez más fragmentado, la unidad familiar se convierte en el refugio más seguro y en el pilar fundamental para construir una sociedad más solidaria.
Saludamos las iniciativas que buscan garantizar la seguridad de las calles, carreteras y barrios durante estas festividades.
El operativo especial puesto en marcha por las autoridades es un esfuerzo loable para evitar tragedias o escándalos, y exhortamos a todos los ciudadanos a colaborar con este propósito.
Que las fiestas transcurran en paz y sean un testimonio de nuestro compromiso con el bienestar colectivo.
Hoy, más que nunca, necesitamos una tregua. Una tregua que nos permita respirar, que nos aleje de la confrontación y que nos inspire a ser mejores personas.
Que esta Navidad sea un tiempo de reconciliación, de apertura a los demás y de renovación espiritual.
¡Feliz Nochebuena y que la paz de la Navidad reine en cada hogar dominicano!