La danza de los millones
Con este descriptivo título quedó ilustrada, al principio del siglo 20, la era dorada de la prosperidad que vivió la provincia de San Pedro de Macorís.
Parecería que el país baila hoy al ritmo de esa danza.
Hoy día, a juzgar por los anuncios oficiales del gobierno, pareciera que la nación atraviesa por un nuevo periodo de abundancia.
Licitaciones para proyectos multimillonarios, asignaciones presupuestarias millonarias para bonos navideños, alquileres de oficinas, o incluso celebraciones populares, dibujan irónicamente un panorama de recursos aparentemente ilimitados.
Sin embargo, la realidad de los servicios básicos y las infraestructuras nos ofrece una historia muy distinta.
En alto contraste con esa impresión, en las comunidades más vulnerables aún escasean el agua potable, los centros de salud adecuados y las escuelas en condiciones dignas.
La electricidad sigue siendo un problema en muchos sectores, y las carreteras muestran el deterioro de un abandono prolongado.
Es legítimo cuestionar cómo estas sumas astronómicas se traducen en beneficios tangibles para los ciudadanos.
¿Dónde están los resultados de estas millonarias inversiones y quién supervisa y garantiza que cada peso del erario se gaste con eficiencia y transparencia?
En el corazón de estas preguntas late una preocupación profunda: la percepción de que el país está viviendo un espejismo de prosperidad.
La historia de San Pedro de Macorís nos enseña que el brillo de una economía dinámica puede desvanecerse si no se construyen bases sólidas y sostenibles.
Su época de oro, sostenida por la industria azucarera, transformó la ciudad en un referente de modernidad, pero su colapso dejó una lección sobre los peligros de depender de fuentes mal manejadas o efímeras de riqueza.
La danza de los millones, hoy más que nunca, debe transformarse en una sinfonía de equidad, eficiencia y progreso real, no en un vano espejismo.
Solo así podremos evitar que el país se quede, como San Pedro de Macorís, atrapado entre los ecos de una abundancia pasada y los retos de un presente que exige acciones responsables.