Inaceptable afrenta a la soberanía nacional

La declaración de la canciller haitiana, Dominique Dupuy, insinuando que el país ha reducido las repatriaciones de sus compatriotas ilegales aquí, debido a presiones internacionales, es un burdo intento de manipulación inaceptable.

Estas insinuaciones no solo son capciosas, sino que intentan manipular la percepción pública e internacional sobre la soberanía de nuestro país.

La ministra de Interior y Policía, Faride Raful, le ha salido al paso, de forma contundente, reafirmando que nuestra política migratoria es un derecho soberano e inalienable.

Los intentos de Haití por incidir en nuestras decisiones soberanas y presentarse como una víctima de supuestas presiones, solo buscan interferir en un tema que compete exclusivamente al pueblo y al gobierno dominicano.

La ministra Raful no solo desmintió categóricamente la afirmación de Dupuy, sino que aseguró que nuestro país no ha renunciado a su objetivo de repatriar a 10,000 indocumentados por semana, como ejercicio legítimo de su soberanía.

Entre el 2 de octubre y el 5 de noviembre, las autoridades han repatriado a 60,961 migrantes indocumentados.

Bien ha hecho el gobierno del presidente Abinader al reafirmar nuestro derecho de proteger las fronteras y a regular el flujo migratorio, siempre bajo el amparo de las leyes nacionales, sin dejar de lado los principios de respeto y humanidad.

Cualquier intento de influir sobre nuestra política interna, como lo está haciendo Haití en complicidad con sus aliados internacionales, constituye una afrenta a la soberanía nacional.

Es momento de cerrar filas y apoyar decididamente la aplicación de nuestras leyes, sin imposiciones ni chantajes de otros.

Que quede claro: la soberanía nacional no se negocia, y nuestra política migratoria no está sujeta a interferencias externas.

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