La inminente reforma fiscal
El presidente Luis Abinader dará a conocer este lunes las líneas de fondo de su anunciada reforma fiscal.
Esta reforma, que el gobierno justifica ante las crecientes necesidades de inversión en salud, educación, seguridad y desarrollo de infraestructura, debería garantizar un desarrollo sostenible y equitativo del país.
No puede ser vista como un simple ajuste técnico: Requiere un enfoque integral, que equilibre las demandas de los diversos sectores productivos y sociales con los objetivos de un sistema fiscal más justo y eficiente.
Uno de los primeros elementos a destacar es la amplitud de la reforma.
Esta contemplaría, entre otros puntos, la ampliación de la base tributaria, la reducción de la evasión fiscal y cambios en los impuestos que afectan tanto a las Mipymes como a las grandes corporaciones.
Estos pasos son fundamentales para cerrar las brechas actuales que permiten altos niveles de informalidad y evasión que, según el gobierno, significan una pérdida del 5% del PIB.
En este sentido, la inclusión de un monotributo para las Mipymes es una medida que puede fomentar la formalización de sectores clave para el crecimiento económico.
Sin embargo, es vital que esta reforma sea diseñada y ejecutada con un enfoque de justicia fiscal.
En otros países, reformas similares han resultado en ajustes traumáticos, provocando protestas y malestar social cuando no se toma en cuenta la capacidad de pago de los sectores más vulnerables.
Para que esta reforma fiscal cumpla sus objetivos, es preciso que los ciudadanos sepan cómo se usarán los recursos adicionales que generarán los reajustes.
La confianza en las instituciones será crucial para evitar la percepción de que este es un esfuerzo meramente recaudatorio sin beneficios concretos.
Los fondos que se logren deben estar claramente vinculados a inversiones visibles y mejoras en la calidad de los servicios públicos.
El aumento de la base del ITBIS y otros impuestos indirectos puede tener un impacto regresivo si no se cuida la progresividad del sistema fiscal.
Es necesario garantizar que la carga no recaiga de manera desproporcionada en quienes ya luchan por mantenerse a flote en la economía informal o en los sectores con menos recursos.