Un país ahogado en basura
La presencia de vertederos a cielo abierto cerca de cuerpos de agua no es un hecho aislado, sino una práctica común en muchas comunidades rurales y urbanas del país.
El caso del basurero a orillas del canal Marcos A. Cabral, en Nizao, Baní, que denunciamos ayer, es el reflejo de un problema recurrente y, lo peor, generalizado a lo largo de todo el territorio.
La principal consecuencia de estos vertederos es la contaminación desenfrenada de nuestras fuentes acuíferas.
Este basurero improvisado, que durante años ha acumulado los desperdicios sólidos de Nizao, representa una grave amenaza no solo para la biodiversidad del área, sino también para la salud de los habitantes y la calidad de nuestras aguas.
A pesar de contar con una ley de residuos sólidos y múltiples instituciones responsables de su aplicación, la realidad es que la disposición de desechos sigue siendo uno de nuestros grandes desafíos.
El caso del vertedero en Nizao no solo contamina el canal, que irriga miles de tareas de cultivos, sino que es un reflejo de la negligencia institucional y la falta de voluntad política para abordar de manera integral este problema.
Las autoridades locales, aunque conscientes del daño, han sido incapaces de ofrecer soluciones efectivas.
Esto deja en evidencia las deficiencias en la coordinación y ejecución de políticas medioambientales a nivel municipal y nacional.
Es urgente que el Ministerio de Medio Ambiente, en coordinación con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) y los gobiernos municipales, realice un levantamiento exhaustivo de todos los vertederos a cielo abierto que actualmente contaminan nuestras fuentes acuíferas.
Estos vertederos deben ser neutralizados de inmediato e implementar medidas sostenibles para la gestión de residuos en todo el país.
La preservación de nuestras fuentes de agua no es solo una cuestión ambiental; es una cuestión de supervivencia.
Las aguas de riego, los ríos, los canales y los acuíferos subterráneos son vitales para la vida humana, la agricultura y la economía nacional.
El Listín Diario reitera su compromiso de vigilar y denunciar las prácticas que atenten contra el medio ambiente, y hacemos un llamado a las autoridades para que no permitan que “siga la fiesta”, mientras el país se ahoga en basura.