El lobo viene
Con apenas tres días de lluvias y ventiscas causadas por una vaguada, varias provincias del país han quedado en estado de calamidad, padeciendo los efectos de inundaciones y daños a la agricultura.
Si tales saldos fueron el resultado de un fenómeno efímero, qué podríamos esperar en el futuro inmediato cuando comience una temporada ciclónica superior a las anteriores en los últimos veinte años.
Este sábado es el inicio de dicha temporada, en la que se predice la formación de 17 a 25 tormentas, de las que cuatro o cinco llegarían al rango de alta categoría.
La capital, desguarnecida de un buen sistema de drenaje, ya probó en estos días hasta qué punto las lluvias anegaron túneles, pasos a desnivel, calles y avenidas, generando grandes trastornos a la ciudadanía.
Ahora el desafío es mayor, pues se trata de un período de ciclones en línea que llegarán cuando los suelos siguen saturados y los filtrantes o imbornales congestionados.
El lobo que viene
Para colmo, montones de basura siguen intactos en distintos vecindarios, convirtiéndose en potentes focos de contaminación y enfermedades.
Ante este panorama, es crucial que las autoridades nacionales y provinciales adopten ya una serie de medidas preventivas y de respuesta para minimizar los riesgos y proteger la vida de los ciudadanos.
El mejoramiento del sistema de drenaje es clave.
Es imperativo invertir en su expansión especialmente en áreas urbanas densamente pobladas como Santo Domingo.
Los ayuntamientos deben declararse en emergencia para proceder a la limpieza y mantenimiento de los sistemas de drenaje existentes para evitar obstrucciones que puedan agravar las inundaciones.
Es fundamental que tanto el gobierno como la ciudadanía actúen de manera proactiva y colaborativa para enfrentar este desafío climático de forma efectiva.
El lobo de los huracanes viene en camino. Y no podemos dejar que nos sorprenda como en la historia de “Los tres cerditos”.