Presiones inaceptables contra la prensa
Nunca, como ahora, la prensa independiente de América Latina había estado sometida a un clima de ataques y descalificaciones que procuran minar el ejercicio independiente de su misión.
En su reciente asamblea de medio año, la Sociedad Interamericana de Prensa
denunció con pelos y señales el conjunto de riesgos que ensombrecen la libertad de prensa en este hemisferio.
Unos van desde medidas restrictivas o discriminatorias con ropaje legal, hasta acciones agresivas directas para intimidar o avasallar a los medios.
En este “súper-ciclo electoral” latinoamericano, esas manifestaciones han aflorado de formas distintas, entre ellas, las protestas ante sedes de medios de comunicación que no comulgan con las “verdades” de grupos fanatizados.
Si bien es cierto que la libertad de manifestación es un pilar fundamental de las sociedades democráticas, ya que permite a los ciudadanos expresar descontento y demandar cambios, no deja de ser inquietante que estas puedan tornarse violentas o coercitivas.
Cuando eso sucede, desnaturalizando el derecho a la protesta, amenazan otro pilar democrático esencial: la libertad de prensa.
Una prensa libre tiene la tarea de investigar, cuestionar y discutir abiertamente todas las vertientes del pensamiento y acontecimientos sociales, políticos y económicos.
La violencia o la presión excesiva sobre los medios de comunicación por parte de grupos polarizados o fanatizados no contribuye al debate saludable, sino que lo restringe, generando un ambiente donde solo ciertas opiniones pueden ser expresadas sin temor a represalias.
Por tanto, resulta preocupante que grupos de activistas llamados “defensores de la Patria” estén llamando a boicotear y protestar frente a la sede de Diario Libre a principios de junio, en repudio a una supuesta línea “pro-haitiana “ y anti-dominicana de ese medio.
En un clima de virulencia política, es preciso que la sociedad civil, los líderes políticos y las instituciones democráticas defiendan la integridad de los medios frente a tales amenazas.
Esta protesta no puede traspasar los límites del respeto y la legalidad.
Las ideas se combaten con ideas. Este es un principio que el Listín Diario respeta y aplica y, ahora, en esta coyuntura, lo reivindica para oponerse enérgicamente a todo intento o propósito de sofocar la libre expresión de las ideas bajo amenazas, sean del tipo que sean.
Proteger la libertad de prensa es salvaguardar la democracia misma.
Una prensa que opera sin miedo es fundamental para mantener informada a la población y para que esta pueda tomar decisiones basadas en una variedad de perspectivas, no solo en las que sobreviven a la intimidación.