¡A blindar los colegios electorales!
La Junta Central Electoral ha tomado muy en serio el reto de organizar para este domingo unas elecciones libres e incuestionables.
No solo ha cumplido a tiempo con el calendario de sus logísticas organizativas, sino que, sobre la marcha, y de común acuerdo con los partidos, ha ido ajustando todas las reglas del proceso.
Su más reciente decisión es la de disponer un control más estricto de la Policía Electoral de los colegios electorales, tanto a lo interno como en sus entornos.
Y ha prohibido tajantemente a los partidos políticos que instalen carpas u oficinas cercanas a estos recintos, para evitar que se utilicen en promociones de candidatos o en centros de compra del voto.
La presencia adecuada de policías y militares en los colegios ayuda a disuadir actividades ilegales y a prevenir la intrusión de propagandistas políticos en las instalaciones donde se ejercerá el voto.
Ayudará también a estos objetivos, sin dudas, la presencia de los observadores electorales extranjeros y nacionales.
Ya estos deben haber sido advertidos que una de las causas que empañaron los comicios municipales de febrero fue la abierta operación de activistas políticos comprando cédulas o forzando al voto de sus candidatos.
Como parte de las medidas preventivas y de seguridad, la Procuraduría Especializada en Delitos Electorales abrió un portal para recibir denuncias en línea sobre cualquier anormalidad o acto contrario a las leyes electorales en este proceso.
Independientemente de las medidas de seguridad, vigilancia electrónica de recintos y uso de tecnologías confiables para registro y computación de votos, algunos partidos han anunciado que cuentan con activistas veedores y custodios del proceso, para impedir acciones fraudulentas.