El tranque está en el pago del “inicial”
A los empleados públicos o profesionales de ingresos limitados les está resultando muy difícil o engorroso adquirir viviendas económicas, de las que incentiva el Estado con el sector privado.
Aun cuando los precios de esas viviendas no sobrepasan los cinco millones de pesos, pocos son los ciudadanos que reúnen los requisitos para obtener préstamos en condiciones cómodas.
El plan nacional de viviendas “Familia feliz”, promovido por el gobierno en alianza con el sector privado, tiene un componente de apoyo o subsidio que ayuda a facilitar la adquisición.
Pero el propósito que inspira este programa no logra alcanzarse porque el inicial sigue siendo una limitante para aquellos ciudadanos cuyos ingresos son menores de 50,000 pesos.
El gobierno podría desenredar este nudo ofreciendo, aparte de los mecanismos de apoyo existentes, préstamos a más bajos intereses fijando una tasa de referencia para el resto del mercado.
Un plan, por supuesto, estrictamente concernido al tema de viviendas económicas dignas, para que resulten asequibles a una buena parte de las familias dominicanas que todavía no poseen casa propia.
O también puede pensarse en una estrategia especial que implique ofrecer incentivos fiscales para los desarrolladores que construyan específicamente viviendas para compradores de bajos ingresos.
Otra alternativa es la promoción de un plan que utilice técnicas de construcción modular y de bajo costo, que permitan la edificación de viviendas en tiempo relativamente corto.
De ese modo puede avanzarse en la reducción del déficit habitacional, que se calcula en alrededor de 1.2 millones de viviendas.
Este déficit incluye tanto la necesidad de nuevas viviendas como la mejora de las condiciones de las existentes.