Bajo el azote de los virus
El país está bajo el azote de distintos virus respiratorios y afecciones gastrointestinales, reflejos de la contaminación ambiental agudizada por las lluvias y la acumulación de basuras.
Pese a que estamos registrando este año uno de los mayores brotes de dengue, luce que las primeras jornadas de fumigación y eliminación de fuentes hospederas del mosquito que lo produce se han desacelerado.
Es probable que la campaña electoral de mediados de mayo haya influido para que se produjera alguna dispersión o limitación de estos esfuerzos.
La acumulación de desechos sólidos en los espacios públicos se incrementó tras las últimas elecciones municipales, ya que la tarea de limpieza urbana fue abandonada por alcaldes perdedores.
Bajo el azote de los virus
Los sucesores tampoco pudieron articular una efectiva y sistemática recogida de basura, porque sus partidos estaban entonces concentrando sus fuerzas para los comicios presidenciales y congresuales.
El resultado de estos descuidos estamos presenciando ahora un incremento de consultas y emergencias en clínicas privadas por síntomas de gripe, COVID-19, dengue y otros virus respiratorios.
Una crisis de salud en pleno desarrollo.
Las autoridades sanitarias y los ciudadanos tienen que tomar medidas para enfrentar la situación y prevenir contagios, sin más pérdida de tiempo.
Al iniciarse hoy la temporada ciclónica, la que se prevé que será una de las más severas de los últimos veinte años, con más razón para intensificar los esfuerzos preventivos.
Hay que promover campañas de educación para informar a la población sobre las medidas de prevención de enfermedades respiratorias y vectoriales.
Procede incrementar la vacunación contra la gripe y, si es aplicable, refuerzos de la vacuna contra el COVID-19, así como reemprender las campañas de fumigación en áreas con alta acumulación de basura y donde se reporten casos de dengue.
En vista de que están creciendo los flujos de pacientes en clínicas privadas buscando atenciones urgentes por contagios gripales, las autoridades sanitarias deben garantizar que haya suficiente personal y equipamiento médico para atenderlos.